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Jaén

“Me gusta la calle, las personas y encontrar escenas inesperadas”

Cultura VIVA con Fernando Mármol, que expone hasta el 7 de julio en el patio de San Miguel del Museo la muestra fotográfica 'Objetivo Cultura'

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  • Fernando Mármol. -

De pequeño jugaba a imaginar qué pensaban las personas a las que miraba y hoy es un fotógrafo que tiene a la gente en el centro de sus instantáneas, que mira a lo cotidiano, que se pierde por las calles para captar extrañezas en una ciudad que le regala escenas inesperadas y le permite robar momentos.

Fernando Mármol (Jaén, 1969) es arquitecto y tiene una estudio propio, pero se colgó la cámara hace casi una década, a modo de reinvención ante una arquitectura que, como profesión, está “tocada y muy hundida”.

Con “mucho esfuerzo y trabajo” se ha convertido en uno de los fotógrafos imprescindibles en la vida cultural de la ciudad, que según valora tiene “un gran pulso y está muy viva”. En ello ha tenido que ver la Universidad de Jaén (UJA). “Ha sido una de las instituciones que más ha apostado por que la vida cultural esté viva, con un programa de actividades que abarca todos los estilos”, reconoce.

Así lo muestra en su exposición ‘Objetivo cultura’, que se puede ver hasta el 7 de julio en el patio de San Miguel del Museo de Jaén, fruto de cuatro años de trabajo del vicerrectorado de Proyección de la Cultura de la UJA. “Lo que empezó siendo un trabajo documental, se ha convertido en una exposición. Me gusta ofrecer una narrativa del espectáculo, darle valor añadido. Ha sido un regalo”, afirma.

No es su primera muestra. Se adentró en la imagen como voluntario de la ONG InteRed, con la que firmó su primera exposición fotográfica, sobre Haití; y aprendió del también arquitecto y fotógrafo Javier Milla.  

Fotógrafo de calle, le gusta perderse y “perder el rumbo” a la hora de ‘disparar’. “Me maravilla la gente andando por la calle porque me proporcionan historias. Las personas son el centro de mis fotos”, reconoce.  Y por ello, dice que los jienenses son “gente amable y acogedora”. Durante un tiempo ha robado instantáneas a quienes pasaban ante el Pilar del Arrabalejo y ahora pide permiso para captar el momento. “Estoy descubriendo a la gente de mi barrio a través de la fotografía. Me cuentan cómo era la zona. El saber popular es cultura”, defiende.

A su objetivo le gusta el Jaén del día a día. “En lo cotidiano hay cosas maravillosas”, reconoce. Hace la fotografía mirando al lado contrario al que se fija la mayoría. “Es donde pasan cosas especiales, que no esperas. Me gusta encontrar una escena inesperada”, dice. De pedir permiso para fotografiar entre bambalinas ha pasado a ser un fotógrafo capaz de captar la esencia del mundo cultural jienense. “Cuando captas la emoción y la entrega del actor, músico o bailarina es maravilloso”, valora.

Afirma que “la fotografía de escena tiene similitud con la de calle” y parafrasea a Shakespeare al compartir que “el mundo es un gran escenario”. El suyo es Jaén. “Fotografío espectáculos en los que no sé qué va a pasar. Esa improvisación en el escenario es como la que encuentro al pasear por las calles”, confirma.

Con la fotografía de calle pone “en valor” la ciudad y hace un guiño a la capital que todo jienense debería ver. Muestra una Jaén “moderna”, donde “pasan cosas especiales todos los días”. Dice: “Si se alían la luz, el color y una escena cotidiana, la fotografía muestra su belleza”.

Le gusta jugar con los colores y ha conseguido un juego pictórico en sus fotografías que aprendió en el taller de retrato del desaparecido pintor David Padilla. Busca la luz del Sur, los contraluces del casco antiguo, de los alrededores de la Catedral. “Hay que sensibilizar sobre el gran patrimonio que tenemos y abrirlo. Lo que no se mira, no existe y el casco antiguo se está muriendo. No se está haciendo una política real para revitalizarlo”, denuncia.

Su próxima exposición será sobre la trata de personas, con un objetivo que enfoca a la mujer, en colaboración con la Conferencia Episcopal y que llegará a Jaén en septiembre, previsiblemente a la Catedral. También realizará la fotografía fija en el corto ‘Jueces invisibles’, del Rodando por Jaén, dirigido por Sitoh Ortega.

Sin esperarlo, se ha convertido en uno de los fotógrafos más queridos. La gente de la cultura organizó a finales de 2018 un encuentro a beneficio suyo, para que pudiera recuperar el equipo fotográfico que le robaron en un viaje.  “La fotografía me ha hecho un privilegiado. Estoy muy agradecido. Fue una muestra de cariño”, termina.

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