Fue una tarde redonda para la Selección Española Sub-21, que se impuso por uno a cero a Escocia en su partido de clasificación para la Eurocopa de 2025. Pero fue una tarde aún mejor para la ciudad de Jaén, que disfrutó dos décadas después del filial de la absoluta y se lo pasó de lo lindo. Desde las 18:00 horas ya había familias enteras disfrutando de la fan zone habilitada en los exteriores del estadio.
9.500 personas abarrotaron las gradas del estadio jiennense y, nada más comenzar a rodar la pelota, la afición decidió que la primera dosis de espectáculo iba a llegar desde el graderío al césped. La ola surcó durante varios minutos entre los hinchas de la ‘Rojita’ aunque el juego de la misma fue de menos a más en el primer tiempo apagándose cerca del descanso.
Los asientos que suelen teñirse de blanco cuando el Real Jaén es el que actúa como local brillaron rojo pasión, con cientos de banderas y pancartas. Fue notable la cantidad de menores que hubo entre el público y que contribuyeron a que la acogida a los de Santi Denia fuese todavía más cariñosa.
La más mínima acción de peligro se celebró como si de un mano a mano se tratase hasta que en el segundo tiempo el juego de la Selección empezó a corresponder a su público. Lograron embotellar al conjunto escocés y las ocasiones empezaron a llegar una tras otra. La madera evitó el tanto español en un par de ocasiones, mientras Ilias y Barrios demostraban estar un escalón por encima del resto de sus compañeros. Uno a los mandos de la nave y el otro con un recital de desborde, evidenciaron que son ya jugadores de la máxima élite.
No fue ninguno de ellos sin embargo el que puso la guinda al pastel. Ese rol lo asumió Turrientes, con un testarazo en un córner que puso en pie al unísono a las cerca de 10.000 almas que hicieron vibrar a su Selección y viceversa. La Sub 21 ganó pero Jaén fue la victoriosa de una noche que demuestra la avidez que hay entre los jiennenses de eventos de primer nivel.