El tiempo acompañó en un domingo marcado en el calendario. Un 8 de marzo en el que Huelva vivió una jornada festiva y de reivindicación, que empezó horas antes de la manifestación en el entorno de la salida de la marcha, en la plaza del Antiguo Estadio.

Allí, el Movimiento Feminista compartió horas de convivencia y de preparación de la manifestación, donde se elaboraron pancartas, se ensayaron cánticos y sobre todo se creó conciencia de igualdad.

A las 18.00 horas partía la marcha desde el corazón de Isla Chica, una manifestación que congregó a 6.000 personas, según datos de la Policía Nacional, pero que más allá de cifras, escenificó el sentir de una multitud muy heterogénea, muy civilizada y con las ideas muy claras.

Entre los manifestantes, mucha juventud pero también familias, compañeros de trabajos y mujeres de diversos colectivos alzando la voz por sus derechos, como las kellys, jornaleras o trabajadoras de Emtusa, entre otras.

Muchas reivindicaciones a viva voz porque como decía una joven de 13 años a Viva Huelva, “si gritamos juntas se nos oye más”.

Una hora y media después de partir de la plaza del Antiguo Estadio, la cabecera de la manifestación llegaba a la plaza de Las Monjas, que se quedaba pequeña para acoger a la marea que tiñó por unas horas la ciudad de morado.

 

“Sobran los motivos”

Entre los muchos asistentes, mujeres de Izquierda Unida y del PCE  se sumaron a la protesta porque, según explicaron, en la ciudad “sobran los motivos” para reclamar y hay “muy poco para celebrar”, ya que sufre “la brecha salarial más alta de todo el país”.

“Uniendo nuestras voces en estas necesarias movilizaciones feministas, vamos a seguir exigiendo y construyendo juntas un futuro donde la igualdad se convierta en una realidad”, indicaron.

Por su parte, Eva Salazar, secretaria de Igualdad de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Huelva, advertía que “vamos a estar reivindicando sin cansarnos, porque por más que nos digan que la igualdad está conseguida, nos queda muchísimo”.