"Yo soy un orbe de agua que se muestra a las criaturas diáfano y transparente". El arranque de este poema epigráfico, que decora la taza de la fuente del Jardín de Daraxa, da buena muestra de la relevancia que el líquido elemento ha gozado a lo largo de los siglos en la Alhambra y el Generalife.
El amplio conjunto monumental y paisajístico granadino, que históricamente ha sido el más visitado de España, no es ajeno a la actual situación de sequía ni a las consecuencias del cambio climático, de ahí que el patronato público que lo gestiona haya emprendido numerosas iniciativas para impulsar la conservación, la valoración y el manejo racional de sus recursos hídricos.
El establecimiento de la Alhambra y el Generalife fue posible, precisamente, gracias al desarrollo de un sistema hidráulico para asegurar su abastecimiento de agua, una dotación que se ha materializado, a lo largo de siglos, a través de dos acequias y un canal que discurren por el valle del río Darro.
Tal y como ha explicado a EFE Javier Sánchez, jefe del servicio de Jardines, Bosques y Huertas, su distribución en el recinto se reparte en una extensa red de conducciones interiores y, además, el conjunto monumental está provisto de un sistema de albercas, estanques, pilares, fuentes y canales ornamentales como parte fundamental de su concepción funcional, ambiental y paisajística.
Este entramado articulado en torno a palacios, jardines, huertas y bosques ha favorecido así la creación de algunos de los espacios más emblemáticos de la cultura del agua en la historia de la humanidad, pero implica al mismo tiempo una completa gestión hídrica, que tiene en cuenta aspectos técnicos para el uso eficiente del recurso hídrico y que se enfrenta a nuevos desafíos derivados del cambio climático.
FALTA DE LLUVIAS Y ALTAS TEMPERATURAS
"Llevamos prácticamente en un verano prolongado cerca de seis meses, con falta de lluvias y con elevadas temperaturas que implican una condiciones de evapotranspiración (pérdida de humedad de la superficie) muy duras", ha advertido Sánchez, quien ha recalcado el trabajo del patronato para anticiparse a esta situación de sequía y las consecuencias del cambio climático.
Ese incremento térmico, unido a la ausencia prolongada de precipitaciones y a pesar de las que se han registrado de forma reciente, ha conllevado además en la vegetación un estrés hídrico que es notable en aquella que no dispone de riego y visible en el paisaje que rodea al monumento.
MANEJO RACIONAL DEL AGUA
En el contexto general de crisis climática, la Alhambra está impulsando un manejo racional de este recurso y quiere ser "embajadora y ejemplo" para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente el asociado a la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, ha destacado a EFE la directora del patronato público que gestiona el recinto, Rocío Díaz.
Para ello, según ha detallado Díaz, se abordan desde hace tiempo distintas líneas maestras de trabajo en materia de gestión sostenible de los recursos hídricos, entre las que se incluye nuevos criterios de planificación hidrológica acordes con los desafíos del cambio climático.
También se trabaja en la mejora del sistema de monitorización y control de los recursos hídricos para contar con información "precisa y a tiempo real" del funcionamiento de las infraestructuras de captación, transporte, almacenamiento y distribución del agua de riego y ornamentación procedente de la toma ubicada, a unos seis kilómetros de distancia, en el valle medio del río Darro.
La planificación incluye la instalación de limitadores de suministro ante averías que puedan provocar fugas relevantes de agua en las redes de riego de mayor consumo, y la implantación de sistemas de riego más eficientes, con la progresiva sustitución de antiguos sistemas "a manta" por métodos tecnificados de menor consumo y mayor eficiencia (aspersión, difusión o goteo).
Además, teniendo en cuenta que los jardines de la Alhambra y el Generalife son históricos, que se crearon y han ido evolucionando en distintos periodos a lo largo de los últimos seis siglos, como ha recordado la directora del monumento nazarí, estos espacios y las huertas se han ido adaptando para hacer frente a los impactos del cambio climático, como la aplicación de técnicas para reducir pérdidas de agua por evaporación.
También se han seleccionado algunas fuentes y pilares con requerimientos específicos de gestión y elevada demanda de agua para la instalación de sistemas de "recirculación", caso del icónico y famosísimo Patio de los Leones, en el que se ha aplicado esta medida que se hará extensiva, en el futuro, a otros lugares en estudio.
En el caso de las albercas y estanques del recinto alhambreño, la mayoría se manejan ya sin la utilización de productos químicos como cloro o alguicidas, al considerar que estos cuerpos de agua naturalizados representan reductos de biodiversidad que fortalecen el entramado de resistencia ante los impactos del cambio climático del conjunto de ecosistemas que rodean el monumento.
PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO NATURAL
En su concesión hídrica, la Alhambra goza de un estatus especial para mantener y preservar un patrimonio, también vegetal, que está declarado Patrimonio de la Humanidad y ahora, ha explicado por su parte Sánchez, se encuentran en fase de revisión para ajustar determinados parámetros a la realidad y adaptarse con mayor "resilencia" frente a los períodos de sequía.
En la actualidad, la Alhambra sigue cubriendo adecuadamente sus necesidades hídricas y buena parte del aprovechamiento del agua -tras recorrer distintos lugares del recinto monumental- vuelve al río a través del arroyo de la Cuesta de los Chinos, pero no es ajena a su entorno y se emplea a fondo para que su legado paisajístico florezca más allá de los evidentes cambios del clima.