“Esto se sabía”, panorama “negro” al menos a corto plazo y "quédate en casa”. Estas son algunas de las reflexiones y ruegos que realizan los profesionales sanitarios de Ourense que batallan en la primera línea y que están mostrando su preocupación por la actual evolución de los contagios en la Comunidad gallega, que ya sitúan “peor que en la primera ola”.
Juan Soler, uno de los internistas que trabaja en las plantas covid del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) dice, en declaraciones a Efe, que las actuales cifras de contagios diarios no sólo no se están aplanando sino que van “in crescendo”. En parte, observa, porque “a diferencia de en marzo, se están diagnosticando muchos casos asintomáticos”.
En este sentido, deja una reflexión: “Ya sabíamos desde hace meses que esto iba a pasar. Si lo sé yo, que soy clínico, lo tienen que saber todos: la gente que toma las decisiones y la ciudadanía”.
Este internista, que desde que comenzó la pandemia ha visto “morir a gente" prácticamente "todos los días”, es rotundo a la hora de decir que “hay que seguir con las medidas de seguridad al menos este año” para evitar que el sistema sanitario “colapse”.
En la actualidad, estima que su hospital está recibiendo una media de entre diez y quince ingresos diarios.
Una de las principales diferencias que aprecia respecto a la primera ola es que ahora “vemos contagios en familias enteras” tras unas Navidades que cree que han actuado como “catalizador” a la hora de favorecer un “crecimiento brutal y en muy poco tiempo” del virus en cuanto a su expansión.
También percibe que cada vez están ingresando personas “más jóvenes que en la primera ola”, de 40, 60 y 70 años; y que, junto con los asintomáticos, son circunstancias ambas que están provocando una mayor presión asistencial.
Por eso, este profesional, que se queda con todo lo que “hemos aprendido” en los primeros meses, por ejemplo que “un confinamiento estricto es excesivo” y que a nivel psicológico es positivo realizar "actividades puntuales" como salir, apela en este trascendental momento a “dejarse de historias” y a poner en marcha todas las medidas necesarias para “evitar las interacciones sociales”.
El objetivo, sortear el colapso: “Es peligroso llegar al colapso y que no haya camas, ventiladores ni personal para tratar”, alerta.
Javier Aramburu, jefe de Urgencias, quien opina que “estamos peor que en el peor momento de la pandemia”, advierte, al hilo de este apunte, de que se está llegando al “colapso” de las urgencias hospitalarias. "Y lo peor es que no veo que la curva se aplane, va en ascendencia”, añade.
En total, este especialista calcula que el 25 por ciento de los casos que entran en Urgencias son covid, que “sobre todo llega de casa”.
El problema, radica, es que estos positivos empiezan a coincidir con personas que presentan otras patologías, lo que está provocando "graves problemas" en las urgencias para poder atender todos los casos.
La nota positiva es que “no estamos teniendo nada de gripe, gracias a la vacunación -en residencias-, el uso de la mascarilla y la distancia social”, así como tampoco saturación en las Urgencias Pediátricas. “De no ser por eso, sería una catástrofe”, abunda.
Porque hay gente que "se está portando mal”, zanja.
Ana Belén García, supervisora en el servicio de Urgencias, constata también una situación “bastante complicada” por la llegada de casos con todo tipo de patologías, que ha supuesto que hayan tenido que habilitarse más espacios para poder atender a todo el mundo, en especial el pasado viernes y este último lunes.
Coincide con el jefe de servicio en que la situación está “peor que en la primera ola”, algo que achaca a que la ciudadanía “evidentemente no siguió las recomendaciones”.
“La presión asistencial es bastante importante y está entrando un poco de todo, mucha gente da positivo y también hay otra con patologías respiratorias”, subraya.
Por eso, apela a un cumplimiento en firme de todas las medidas dictadas por las autoridades sanitarias. “No es sólo que puedas cogerlo, es que puedes colapsar todo el sistema sanitario y hacer que no se pueda atender a la gente que llega con otras patologías”, resume esta profesional. Y agrega: “O no son conscientes o está habiendo relajación”.
Esta supervisora, que ha vivido los estragos del virus en primera persona, cree que la situación “no pinta nada bien”, un panorama que extrapola al conjunto de hospitales de Galicia.
El resultado es que “no damos abasto para atender todas las patologías respiratorias que llegan, no hay espacios. Hemos tenido que hacer uso de boxes y salas que normalmente no se utilizan para poder atenderlos”, apostilla García.
Por eso, convida a "hacer caso" de las limitaciones y solicita que la población se quede "en casa” en lo posible. “Si no es así... esto no vamos a poder pararlo”, concluye.