“Es de bien nacido ser agradecido”. Esta frase, por antigua que sea, nunca pierde su vigencia. Por ello permítanme, con una cierta dosis de inmodestia, utilizar este espacio para expresar mi más profundo agradecimiento a la Federación de Hostelería de Andalucía por otorgarme el galardón al Mejor Comunicador de Andalucía. Este premio, que no solo me honra, sino que también me llena de gran ilusión, emoción y alegría, será entregado en un acto solemne durante este lunes en la II Gala de la Hostelería Andaluza 2025, un evento que representa no solo un reconocimiento a mi labor como comunicador, sino a todos los que, de alguna manera, hacen posible que la gastronomía y la hostelería andaluza sigan brillando en el mundo.
Me honra recibir este reconocimiento junto a otros distinguidos galardonados como la Fundación El Pimpi, que recibe el Premio a la Empresa Destacada por su responsabilidad social corporativa, y el restaurante La Cueva 1900, de Granada, reconocido como la Mejor Empresa Hostelera del Año. Además, se entregarán los Premios a la Trayectoria Empresarial a varios establecimientos que han sido baluartes de nuestra tradición y excelencia como Los Mellizos (Málaga), Restaurante Las Tinajas (Granada), Casa Roble (Sevilla), Grupo Rosales (Córdoba), Quinto Toro (Almería), Casa Rufino (Huelva), Taberna Panaceite (Jaén) y Venta la Duquesa (Cádiz), además de ese título de Embajador de la Hostelería Andaluza que, merecidamente, va recibir ese grande de los fogones televisivos como es Enrique Sánchez. Este conjunto de galardonados no solo refleja el esfuerzo individual, sino también el compromiso colectivo por una industria que es el corazón latente de nuestra cultura y economía.
Esta gala no es solo una ceremonia de premiación, sino un reencuentro con colegas y amigos del sector al que estoy vinculado desde hace más de 55 años. Durante todo este tiempo, mi vida profesional ha estado estrechamente unida a la gastronomía, una industria hermana de la hostelería, tanto en mi faceta como miembro del cuerpo de dirección de cocina como en la docencia gastronómica. Esta experiencia ha sido la base sobre la cual he tenido el privilegio de colaborar, además, en el periodismo especializado en gastronomía. Así, la hostelería ha sido el eje sobre el que se ha tejido mi trayectoria profesional, lo que me llena de gratitud por haber sido testigo de su evolución y contribución al desarrollo de Andalucía.
Y como muestra de esa conexión con el sector que nos ocupa, me siento especialmente feliz, orgulloso y honrado de haber sido el padrino de la Asociación Isleña de Hostelería y Turismo (Asihtur) desde su fundación hace más de diez años. Esta entidad ha jugado un papel fundamental en la transformación del sector hostelero de nuestra Isla, impulsando el crecimiento y la visibilidad de la profesión, así como promoviendo la colaboración entre los diversos actores que componen este universo tan diverso y dinámico.
Este lunes, más que nunca, la Gala de la Hostelería Andaluza es una ocasión para rendir homenaje no solo a los logros de los galardonados, sino también al esfuerzo incansable de todos los hombres y mujeres que conforman este sector. Gracias a su dedicación y pasión, nos proporcionan no solo felicidad, sino también una de las principales fuentes de riqueza de nuestra región. Como bien señala mi querido y admirado Antonio de María, “esta es la industria de la felicidad”, un sector que, a través de su arduo trabajo, genera bienestar, pero también riqueza. Y no debemos olvidar que la hostelería, como subsector del turismo, es la principal fuente de empleo y desarrollo económico en Andalucía.
Por todo ello, la noche de este lunes se convierte en un acto de celebración y reconocimiento, pero también en un recordatorio de la importancia de la hostelería como motor de nuestra economía y nuestra cultura. Es un sector que, además de brindarnos momentos de disfrute y placer, sustenta y dinamiza nuestra economía, generando miles de puestos de trabajo que son vitales para el desarrollo de nuestra región. Este es un dato que debemos recordar y valorar siempre, porque sin la hostelería, sin la gastronomía, sin todos aquellos que se entregan cada día para ofrecernos lo mejor de sí mismos, nuestra tierra no sería la misma. La hostelería no solo es la industria que nos llena de felicidad, sino también la que sostiene la vida económica de Andalucía y contribuye a su crecimiento de manera sustancial.
Así, en esta noche tan especial, mi agradecimiento no es solo personal, sino también colectivo. Es un homenaje a todos los que con su trabajo y dedicación hacen posible que la magia de la hostelería andaluza siga creciendo, evolucionando y cautivando a todos aquellos que tienen la suerte de disfrutarla.