La alcaldesa de Lugo, Paula Alvarellos, ha trasladado este jueves su apoyo a la plataforma ciudadana 'Lugo... non quere cheiros', constituida para paralizar el proyecto de instalación de una planta de biometano en la parroquia de Coeses, a las afueras de la capital, y ha manifestado su "total rechazo" a una iniciativa industrial que, ha subrayado, provocaría una "afectación muy importante" al "medioambiente" y al "patrimonio cultural".
La regidora lucense ha hecho pública su postura al término de una reunión mantenida este jueves en Lugo con más de 60 integrantes de la citada plataforma vecinal, que lleva tiempo denunciando que la instalación de la planta de gestión de residuos orgánicos y biometanización emitirá gases perjudiciales para la salud, dañará espacios naturales protegidos, contaminará los acuíferos y provocará unos olores, deducidos de la descarga de "25 camiones diarios de entrañas animales, peces y restos lácteos", que afectarán a toda la ciudad.
"Hay muchos argumentos para defendernos como Administración y como vecinas y vecinos. Lugo está intentando posicionarse como una ciudad de turismo sostenible, verde y ecológica y esta planta no solo afectará a la potencialidad del medio rural, sino también al patrimonio cultural porque las obras se harán en el entorno de protección de elementos catalogados como la mámoa de Barracón o el yacimiento de Trigás", ha indicado Alvarellos.
La alcaldesa, que también ha adelantado que el Gobierno local será "especialmente riguroso en la tramitación que le compete" y que exigirá a la Xunta de Galicia "la misma minuciosidad mostrada con otros proyectos municipales", ha recordado que aunque el Ayuntamiento carece de competencias en materia de aguas, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil ya emitió en su día "un informe desfavorable" a propósito del impacto del proyecto en los acuíferos.
Paula Alvarellos, que ha hecho un llamamiento a la ciudadanía a secundar la manifestación de protesta convocada por la plataforma para el próximo 27 de septiembre, ha concluido su intervención alertando de que el citado proyecto industrial "dañará irremediablemente" una zona situada a menos de 1,5 kilómetros de distancia del curso del río Miño, que linda precisamente con la Reserva de la Biosfera Terras do Miño.