Testigo imprescindible del siglo XX, el escritor y cineasta Claude Lanzmann publica ahora en España sus memorias, La liebre de la Patagonia, una obra
Testigo imprescindible del siglo XX, el escritor y cineasta Claude Lanzmann publica ahora en España sus memorias, La liebre de la Patagonia, una obra “llena de vida” en la que, en tono novelesco, recrea su increíble existencia y su relación con intelectuales como Sartre y Simone Beauvoir.
“Con Sartre y Beauvoir aprendí el mundo. Ellos me enseñaron a pensar”, decía Lanzmann al presentar ante la prensa el libro que ha editado Seix Barral y que viene precedido de la excelente acogida que ha tenido en Francia, donde ha figurado durante meses como el más vendido, y en Alemania, donde ha ganado el WeltLiteraturpreis.
Conocido internacionalmente por su documental Shoah, un estremecedor testimonio de nueve horas sobre el Holocausto, fruto de doce años de trabajo, Lanzmann tiene fama de gruñón y, de hecho, hoy intimidó un poco a los periodistas cuando se preguntó a sí mismo qué hacía él en España hablando de un libro que “nadie” había leído.
También se quejó de que, minutos antes de la presentación, que tuvo lugar en Casa Sefarad, alguna televisión le hubiera hecho posar “con un fondo religioso”. Lanzmann se considera “un mal judío” y esas imágenes contradicen lo que él cuenta en sus memorias.
Pero luego respondió con paciencia y amabilidad las preguntas que se le hicieron sobre su intensa vida, que comenzó en París en 1925, cuando Lanzmann nació en el seno de una familia judía originaria de Europa del Este.
Fue miembro de la Resistencia con 17 años, estuvo también con los maquis de Auvergne (centro de Francia), dio clases de Filosofía en Berlín después de la guerra y en 1952 entró a formar parte de la revista Les temps modernes, fundada por Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, y que Lanzmann dirige desde 1986.
El autor de obras cinematográficas como Pourquoi Israel, Tsahal o Sobibór no oculta la admiración que siente hacia Sartre, a quien conoció en 1950, y hacia Beauvoir, con la que mantuvo una relación de pareja durante varios años.
“No eran gente solemne; hablábamos de cualquier tema, incluso de nuestra vida privada”.