El cuadro maño pone una distancia de seguridad de tres triunfos sobre la zona de descenso, que marca el conjunto gallego
El Casademont Zaragoza logró un triunfo tan agónico como tranquilizador (63-61) con una canasta sobre la bocina de Santi Yusta ante un rival directo en la lucha por la permanencia como el Río Breogán que le permite poner una distancia de seguridad de tres triunfos sobre la zona de descenso que marca el conjunto gallego.
En un encuentro de necesidades de ambos conjuntos por el mismo objetivo, la permanencia, el Casademont Zaragoza se impuso para sumar una victoria que vale su peso en oro teniendo en cuenta que el Río Breogán queda, tras el triunfo, tres triunfos por debajo de los zaragozanos aunque la diferencia particular favorece a los lucenses, que en la primera vuelta vencieron por 5 puntos.
Por todo ello, la victoria, lograda en un partido jugado a rachas de uno y otro con el marcador haciendo la goma y con numerosos errores en los dos lados, supone un importante balón de oxígeno para un equipo al que las lesiones están maltratando esta temporada y que cuenta con escasos efectivos dado que todavía tiene lesionados a Mark Smith, máximo anotador del equipo, y a Rati Andronikashvili.
El encuentro comenzó con el conjunto local teniendo muchos problemas en ataque por la buena defensa de su rival, lo que supuso que los gallegos llegasen a tener hasta 7 puntos de ventaja en el minuto 4 (3-10).
Una ligera mejoría atrás del Casademont Zaragoza le permitió recortar distancias en un tramo en el que los dos equipos se contagiaron de sus errores. Pérdidas, fallos en los lanzamientos y sensación de que nadie era capaz de poner orden a su juego.
De ello salió beneficiado el conjunto local, que fue el menos malo en esos instantes y que igualó a 11 en el minuto 8, aunque cuando parecía que enmendaba sus problemas volvieron a aparecer y permitieron al conjunto gallego volver a distanciarse en el marcador (11-17) al término del primer cuarto.
El buen inicio del segundo parcial con dos triples de Yoanki Mencía y otro de Dídac Cuevas cuando en el primero el Casademont Zaragoza había marcado un 0 de 4 más allá de los 6.75, le permitió colocarse por delante en el electrónico y llegar a tener hasta 6 puntos de renta en el minuto 16 (26-20), pero una ligera reacción del equipo de Veljko Mrsic le sirvió para acercarse al llegar al tiempo de refresco (31-28).
La historia se repitió al regreso de vestuarios ya que unos minutos cargados de velocidad y acierto bajo los aros de Dejan Kravic y Emir Sulejmanovic volvieron a estirar la ventaja del equipo de Porfirio Fisac hasta los 13 puntos (47-34) en el minuto 27, que era la máxima que habían tenido los locales en todo el partido, pero una nueva reacción gallega comprimió el luminoso para entrar en el parcial definitivo 47-40.
La historia a veces suele ser tozuda y en este enfrentamiento se empeñó en repetir el patrón de todo el tiempo anterior. El equipo maño de nuevo tomó una importante ventaja (14 puntos) en el minuto 34, pero cuando tenía todo de cara para llevarse un triunfo que apuntaba a ser más o menos cómodo, entró en una espiral de errores y fallos que permitieron a un Breogán más sereno igualar el marcador a falta de un minuto 59-59.
La igualada se repitió en el 61-61 con dos libres de Trae Bell-Haynes a falta de 14.1 para la conclusión que dejaban la opción de la victoria a los visitantes. Sin embargo Ben McLemore, que había sido el mejor de su equipo, cometió campo atrás faltando 2.4 segundos ante la presión zaragozana y Santi Yusta anotó sobre la bocina la canasta del triunfo local.