La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas de hasta ocho años y cinco meses de prisión a un grupo de narcos que participó en un alijo de 4.650 kilos de hachís y que fueron descubiertos gracias a la infiltración de tres agentes encubiertos.
La sentencia señala que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tuvo noticias en septiembre de 2020 de un grupo de personas que buscaba colaboradores que les proporcionase apoyo logístico para introducir “grandes cantidades” de estupefacientes a través de la “costa sur de España”.
Uno de los miembros de este grupo era J.G.B.B., con el que logró contactar un agente de la UCO, que llegó a quedar con él en una cervecería de Valencia, en la que pudo comprobar la veracidad de estas informaciones después de que el acusado le propusiese distintas formas de introducir la droga procedente de Marruecos a través de embarcaciones.
En este sentido, J.G.B.B. le explicó que precisaban de una embarcación que recibiera en alta mar la droga y la llevara a las costas españolas, por lo que el agente encubierto mostró interés, “ocultando su identidad”.
Tras comunicar esto a la Fiscalía Antidroga de Almería, se autorizó la actuación de tres agentes encubiertos, que entraron en contacto con el resto de acusados a través de J.G.B.B.
En este grupo se encontraba el “jefe” M.L.M.; J.G.B. y D.T.Q., que desarrollaban funciones organizativas; el citado J.G.B.B., encargado de contactar y localizar a colaboradores, y S.A.L. y P.V., que actuaban como “delegados o comisionados” del “jefe” y conocían los planes de éste para introducir “grandes cantidades de hachís” en España.
Entre los “delegados o comisionados”, los magistrados ubican también al acusado R.E.K., si bien consideran que no ha quedado acreditado que conociese este plan.
Los agentes encubiertos recibieron hasta tres pagos de 15.000, 8.000 y 15.000 euros por las supuestas labores que en teoría realizaban a favor de la trama, y recibieron un teléfono satelital y el contacto de las personas que llevarían la droga hasta un punto de encuentro en alta mar.
Finalmente, el 23 de abril de 2021 el barco pesquero empleado por los agentes entró en contacto con dos lanchas rápidas que descargaron en su nave un total de 155 fardos de hachís, con un peso de 30 kilos cada uno.
M.L.M. pensó que D.T.Q. y J.G.B. le habían robado la droga, y al no tener noticias de ellos, se trasladó junto a P.V. al domicilio de éstos en Marbella (Málaga), dónde D.T.Q. recibió el 24 de abril una paliza “por no dar señales de vida y no dar novedades de donde se encontraba la mercancía”.
Un día más tarde, por orden de M.L.M., los acusados S.A.L., R.E.K. y el hijo menor del “jefe” acudieron a los aparcamientos de una hamburguesería de Conil de la Frontera (Cádiz), y recogieron con una furgoneta 20 de los 155 fardos de manos de los agentes encubiertos, y pagó el trabajo realizado por los guardias con una bolsa que contenía 192.000 euros.
Tras esto, los agentes encubiertos detuvieron de inmediato a estos tres miembros del grupo, y ese mismo día se llevaron a cabo registros en Marbella, Estepona (Málaga), de forma previa a la captura de los diferentes implicados en la organización.
Los acusados han sido condenados por delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal a penas de prisión que van de los ocho años y cinco meses de M.L.M. a los cuatro años y un mes de P.V. (mayor y menor pena, respectivamente), así como al pago de multas de entre 36.000.000 y 18.000 euros.
Almería
Condenado un grupo narcos gracias a la infiltración de tres agentes encubiertos
Penas de hasta ocho años y cinco meses de prisión a un grupo de narcos que participó en un alijo de 4.650 kilos de hachís
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