El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha denunciado "la falta de respeto" por parte de los sucesivos gobiernos del PP y el PSOE a la "nación de naciones" que es España, lo que está provocando una "desafección" de catalanes y vascos hacia las instituciones del Estado.
Urkullu ha analizado en una entrevista con EFE la actualidad política y ha reconocido que ha pedido en varias ocasiones una reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero sigue sin tener siquiera un "acuse de recibo" de las cartas enviadas.
"No sé ni si va a haber reunión", ha confesado el lehendakari, quien ha negado, como dicen algunos, haber solicitado esa cita para no quedar desplazado tras la entrevista de Rajoy con el presidente de la Generalitat, Artur Mas.
"Los temas vascos son los temas vascos, tienen un recorrido, un calendario" propio al margen de las agendas de otros representantes institucionales, y ha advertido de que insistirá.
El origen del problema con el Gobierno español, según Urkullu, está "en la falta de respeto a la concepción de la plurinacionalidad del Estado, contemplada en la Constitución", lo que provoca una "desafección con las instituciones del Estado" por parte de catalanes y vascos.
Para el lehendakari, el no tener ni siquiera respuesta de la Presidencia del Gobierno denota "el estilo" de Rajoy, que es consciente de las reivindicaciones del Ejecutivo vasco por el "incumplimiento y la laminación" del Estatuto de Gernika.
Preguntado por el caso del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, Urkullu ha reconocido que le da "rabia que después de 30 años" se haya llegado a esta situación por la "mezcla interesada" que hacen algunos "para identificar a todo el sistema con estos casos puntuales" de posible corrupción.
Ha admitido que le preocupa este caso, no sólo por la estrecha relación que el PNV ha mantenido históricamente con CiU, si no sobre todo por "cómo afecta a los ciudadanos" la contaminación del ejercicio de la política por una "mala gestión".
Sin embargo, rechaza "de plano" que este hecho pueda poner en cuestión la legitimidad del nacionalismo ya que los casos Matas, Gürtel, Camps o los ERE de Andalucía no han "afectado en modo alguno al sentimiento de nacionalismo español que tienen el PSOE y el PP".
Urkullu ha respondido también a las recientes acusaciones del PP vasco en las que se trasladaba la sospecha de que en Euskadi hay casos como el de Jordi Pujol y se pedían explicaciones al PNV sobre el origen de los "cientos de millones de euros" con los que han costeado sus 200 sedes.
El lehendakari ha denunciado que el PP, "para desviar la atención" de otros casos que le afectan, hace acusaciones "sin ningún tipo de pruebas" y ha recordado que el PNV sufrió "la incautación de todo su patrimonio" como consecuencia del alzamiento y de la Guerra Civil, parte del cual aún no ha sido devuelto.
Sobre la procedencia de los fondos para sufragar los batzokis, ha ensalzado las aportaciones de los afiliados de su partido para financiar la compra o el alquiler de locales y ha recalcado que esta formación tiene sus cuentas auditadas anualmente.
También ha criticado el discurso "populista" del alcalde de Vitoria, Javier Maroto (PP), por decir que parte de los inmigrantes magrebíes de la capital alavesa "viven de las ayudas sociales".
Está convencido de que no hay que cambiar la legislación para que haya un mayor control de esas ayudas y ha mencionado que entre el 60 y el 70 % de los perceptores de las mismas son nacidos en España.
Pese a estos rifirrafes, no ha querido pronunciarse sobre una posible ruptura de relaciones con el PP vasco, algo que apuntó recientemente el dirigente nacionalista Joseba Egibar, al ser una cuestión que atañe al PNV como partido.
Transcurrida casi la mitad de la legislatura, Iñigo Urkullu está satisfecho sobre todo del esfuerzo que han hecho en este tiempo los ciudadanos por superar la crisis económica y de que "no hayan mermado los servicios esenciales de las políticas públicas".
Entre sus retos más inmediatos tras las vacaciones estivales menciona la reactivación del empleo, la reforma tributaria acordada entre PNV-PSE y PP, la tramitación de la Ley Municipal -Euskadi es la única autonomía que no la tiene-, y "evidentemente el desarrollo del autogobierno", además de normalizar la convivencia desde una "paz justa".