El SAF es la unidad de la Policía Nacional encargada de supervisar el trabajo policial relacionado con estos delitos. De él dependen dos grupos, el de Menores (Grume), y el Servicio de Atención a la Mujer (SAM).
Un equipo especializado
Con la creación de la Oficina Única en Blas Infante se ha conseguido centralizar las denuncias en un solo edificio, donde personal especializado del Cuerpo Nacional de Policía ofrece a las víctimas todos los recursos que necesitan, además de apoyo psicol y seguridad para sus hijos. Joaquín Pérez es el inspector jefe encargado de coordinar el SAF.
¿Cómo se trabaja en esta unidad?
–De manera coordinada y efectiva. Un total de 10 funcionarios trabajan en el Servicio de Atención a la Mujer. Desde allí, detectamos los casos más urgentes y actuamos en consecuencia. Seguimos un protocolo de actuación propio de la Policía Judicial.
¿Qué dispositivo se pone en marcha cuando hay una denuncia por maltrato?
–Lo primero, hay que garantizar la salvaguardia de la víctima y alejar al presunto agresor del ámbito familiar. En caso de que la denunciante haya sufrido una agresión física será traslada al hospital, para posteriormente activar el dispositivo judicial que corresponde.
¿Qué porcentaje de denuncias falsas se detectan en Sevilla?
–No existe una media exacta, pero puedo decir que no llega al 1% . Lo que sí es importante es aclarar que de las 100 denuncias mensuales que re recogen en Sevilla aproximadamente, no todas motivan la apertura de un proceso judicial.No podemos clasificar estas denuncias como falsas, porque no es así.
¿El número de efectivos cubre con creces las necesidades ciudadanas en temas de violencia doméstica?
–Con creces, no. Puestos a exigir siempre viene bien aumentar el número de efectivos. Pero puedo decir que, tal y como funciona la ciudad y como está la situación económica, nunca nos hemos visto en la necesidad de retrasar un servicio de atención a una víctima de violencia. Trabajamos muchas veces a contrarreloj, pero siempre estamos preparados para actuar conforme a las prioridades y ofrecer la mejor atención. Es verdad que muchos casos urgentes salen adelante por el sacrificio de la gente que trabaja en mi equipo, que hacen suyos la problemas de las víctimas.
¿Cómo funciona las UPAP?
–La Unidad de Prevención, Asistencia y Protección sólo trabaja con las mujeres que han sufrido violencia de género. Están presentes en todas las capitales de provincia. Toda una red de profesionales trabajan para que la denunciante colabore y se pueda garantizar su vigilancia y seguridad. A pesar de ello, hay todavía mujeres que no se animan a denunciar. El motivo no está claro: entran en juego muchos factores educacionales, psicológicos o afectivos donde no podemos entrar.
¿Siente la Unidad el respaldo institucional necesario para seguir mejorando el servicio a estas mujeres?
–Sin duda, la Oficina Única es un ejemplo de ello. Está claro que siempre podemos mejorar el servicio ciudadano, pero las instituciones públicas, cada vez más sensibilizadas con la causa, nos han facilitado, en la medida de lo posible, las herramientas y recursos imprescindibles para atajar el asunto desde todos los posibles campos de actuación. Es más, con la normativa de 2004 de atención a las víctimas de violencia de género se sitúa la Policia Nacional como cuerpo primario de atención, del que derivan actuaciones médicas y judiciales posteriores.
¿Cree que existe un perfil del maltratador y hay un alto grado de reincidencia?
–A día de hoy, y así lo ratifican distintos estudios, no existe un perfil de persona maltratadora. Nuestra experiencia nos ha demostrado que pueden proceder de diferentes estratos sociales, culturales o económicos. Igual que tampoco existe un perfil claro de mujer víctima de violencia de género. Con respecto al grado de reincidencia, encontramos casos de todo tipo. Desde personas que llevan reproduciendo cuadros de violencia desde hace años y nunca han recibido una denuncia, a otros que salen y entran de la cárcel continuamente por el mismo motivo.
