Según este informe, si bien la ayuda española está dirigida a atender las necesidades, sus debilidades en otras áreas, como la escasa financiación destinada a organizaciones no gubernamentales y las dudas expresadas por sus socios respecto de la capacidad y experiencia de España como donante humanitario, relegan al país al puesto 15 del ranking del HRI.
En este sentido, el director del Informe, Philip Tamminga, ha explicado que "España ya ha demostrado su compromiso con la atención a las personas más vulnerables y ahora es el momento de que demuestre su compromiso con una ayuda coherente y de calidad".
El HRI sitúa a Noruega, Dinamarca, Suecia, Irlanda y los Países Bajos en las posiciones más altas del ranking pero advierte de que ninguno de esos países "puede presumir de una alta calificación en todas las áreas", limitando el impacto global de la ayuda humanitaria en 2011.
Por ello, el informe de DARA insiste en que un gobierno donante debe priorizar la prevención y la recuperación, la reducción de riesgos, facilitar la protección de la población civil y respetar las leyes internacionales, así como estar preparado para trabajar las organizaciones a las que financia.
Además, considera que se debe mantener el compromiso con el aprendizaje, la transparencia y la rendición de cuentas y señala que en sus cinco años de existencia no se han detectado avances importantes ni en los países donantes de forma individual, ni en el sistema de respuesta humanitaria en su conjunto.
DEBILIDADES DE LOS GOBIERNOS DONANTES ANALIZADOS
El estudio de Dara ha identificado también cuáles son las debilidades principales de los gobiernos donantes analizados. En este sentido, destaca como uno de los principales defectos la reactividad en lugar de la proactividad, destacando que en una emergencia como la producida en el Cuerno de África un prevención mayor habría evitado un número tan elevado de muertes.
Junto a ella, afirma que otra de las asignaturas pendientes es la atención a las cuestiones de género porque "ignorar las necesidades específicas conlleva una inadecuada ayuda".
También subraya el informe la inadecuada reforma de la agenda humanitaria, a la que le atribuye lentitud, la insuficiente transparencia en la asignación de fondos y toma de decisiones y la politización de la ayuda frente a la necesidad o urgencia.