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España

Fukushima devuelve el miedo a lo nuclear

También hubo una larga ?primavera árabe?

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  • El desastre. -
En pleno renacimiento de una nueva era nuclear amparada en la lucha contra el cambio climático un terremoto de magnitud 9 sacudía en marzo desde Japón la industria atómica mundial y el nombre de una central, Fukushima, nos devolvió el miedo a lo nuclear.

La lejanía con la que se empezaba a ver la catástrofe atómica de Chernobil (Ucrania), la baza de que las plantas nucleares apenas generan emisiones de CO2 y la falta de acceso masivo a las renovables había abierto las puertas de muchos países a la industria nuclear y se las había ampliado en otros en las que ya estaba presente.
A pesar de que el núcleo de Chernóbil continúa activo, el silencio mediático sobre lo que allí ocurre y la ausencia de accidentes graves había proporcionado a la industria nuclear 25 años para restaurar los andamios de la credibilidad en su seguridad.

Sin embargo, hicieron falta solo horas para que esos andamios se debilitaran, las que tardó el terremoto y posterior maremoto de Japón en inutilizar el suministro eléctrico y los sistemas de refrigeración de la central de Fuksuhima, provocando una situación de fisión en 6 de sus reactores, con la consiguiente fuga radiactiva al mar, el aire y la cadena alimentaria.

También hubo una larga 'primera árabe'
Las revoluciones y protestas de 2011 en el mundo árabe, denominadas por distintos medios como la revolución democrática árabe o la primavera árabe, consisten en una serie de alzamientos populares de países de ese lado del mundo, específicamente del norte de África y Siria.

El fenómeno comenzó con la revolución tunecina, cuya fecha de inicio suele contarse desde la inmolación de Mohamed Bouazizi, un joven de 26 años que protestó contra la policía el 4 de enero de 2011.

Ésta y otras acciones se tornaron en revueltas populares sin precedentes en el mundo árabe, ya que si bien en la historia de éste hubieron numerosas revoluciones laicas y republicanas, hasta ahora se habían caracterizado por nacer a partir de golpes de Estado militares y dar paso a gobiernos en cierta medida autoritarios, con o sin apoyo popular. Mientras que los acontecimientos actuales se caracterizan por un reclamo democrático y de una mejora sustancial de las condiciones de vida, ahora la naturaleza de las protestas se centra en conseguir libertades democráticas, cambios políticos, económicos y sociales.

Silencio inicial. Estas protestas a favor de la democracia contrastaron inicialmente con el silencio de la Unión Europea y con un apoyo estadounidense relativamente grande.

El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, explicó la falta de respuesta europea aduciendo que eran Estados independientes y no colonias de Europa.

Las posteriores multitudinarias manifestaciones pacíficas convocadas por los jóvenes a través de las redes sociales en plazas árabes -entre ellas la emblemática Tahrir de El Cairo- en demanda de libertades abrieron una nueva página en la historia, aún sin cerrar.


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