Hay 8.941 muertos confirmados en Miyagi, 4.400 en Iwate, y 1.544 en Fukushima, las tres provincias más afectadas por el desastre.
Los muertos cuando se cumplen dos meses del terremoto y tsunami en Japón son 14.949, mientras que 9.880 personas están aún desaparecidas como consecuencia del seísmo, causante también de una crisis nuclear que hará revisar la política energética del Gobierno.
Hay 8.941 muertos confirmados en Miyagi, 4.400 en Iwate, y 1.544 en Fukushima, las tres provincias más afectadas por el desastre.
La Policía nipona cree que la cifra de víctimas, casi 25.000 entre fallecidos y desaparecidos, ya no subirá de manera significativa, informa la cadena de televisión NHK.
El número total de desaparecidos, que llegó a alcanzar 17.600 personas, se redujo a menos de 10.000 tras revisar los recuentos y confirmar que algunos estaban en centros de evacuación.
Son unas 117.000 personas las que permanecen en su mayoría en estos refugios, unos 2.500 repartidos por todo el país, y siguen sin regresar a sus hogares dos meses después.
Muchos no saben cuándo podrán hacerlo, porque sus casas se cuentan entre las 68.000 destruidas por la ola gigante.
Más de la cuarta parte del primer presupuesto extra de 4 billones de yenes (33.000 millones de euros) que se aprobó para reconstrucción irá destinado a hogares provisionales, de los cuales se espera que 30.000 estén listos para finales de este mes.
El resto servirá para reconstruir pueblos enteros e infraestructuras, retirar 25 millones de toneladas de escombros, indemnizar a víctimas y promover la actividad económica.
Del total de evacuados, al menos unos 80.000 residían en la zona de exclusión que se creó alrededor de la accidentada planta nuclear de Fukushima debido a las emisiones radiactivas.
Ayer, los vecinos de Kawauchi, dentro de la zona vetada, fueron los primeros que pudieron regresar brevemente a sus casas para recoger algunas pocas pertenencias.
Los que viven en un radio de tres kilómetros de la planta no tendrán esa posibilidad, ya que el gobierno considera que el nivel de radiación ahí es demasiado elevado.
Tras desplazarse a Iwate y Miyagi, los emperadores de Japón, Akihito y Michiko, visitaron este miércoles dos ciudades de Fukushima, un viaje cargado de importancia por el drama nuclear que vive esta provincia, el más grave desde el accidente en la central de Chernóbil en 1986.
TEPCO, la empresa que opera la planta de Fukushima Daiichi, ha planteado una "hoja de ruta" para llevar los reactores, que quedaron sin refrigeración por el tsunami, a una "parada fría" en un plazo de seis a nueve meses.
El primer ministro nipón, Naoto Kan, podría reformar su Gabinete a finales de junio y crear carteras específicas para potenciar la reconstrucción, según la agencia local Kyodo.
Kan, que ayer renunció a su salario hasta que continúe la crisis, consideró ayer necesario revisar la política energética del país después de que la central nuclear de Hamaoka, la más peligrosa de Japón, fuera paralizada esta semana por seguridad.
El Gobierno japonés revisará su objetivo de que la energía nuclear suponga en 2030 el 50 por ciento de la producción eléctrica del país, frente al actual nivel del 30 por ciento.