Seis días después del atentado fallido con coche-bomba que pudo haber causado una nueva masacre en Nueva York, las fuerzas de seguridad evacuaron ayer Times Square de nuevo tras detectarse un paquete sospechoso abandonado frente a un hotel de ese concurrido lugar, aunque en esta ocasión todo fue una falsa alarma.
Una amplia zona de la plaza, comprendida entre las calles 44 y 47, quedó en breves minutos desierta gracias a la rápida actuación de los agentes de seguridad, que detuvieron también el tráfico y cercaron con vallas el área, el mismo lugar donde el pasado fin de semana fue colocado un coche-bomba que nunca llegó a estallar.
La Policía acudió alertada por la presencia de un objeto sospechoso que finalmente resultó ser una bolsa térmica llena de botellas de agua que podría haber sido olvidada por un vendedor callejero o por uno de los miles de turistas que transitan el lugar y que desde hace meses pueden descansar en una zona peatonal equipada con mesas y sillas.
El lugar donde se dejó la bolsa está también en las inmediaciones del concurrido quiosco donde se venden las entradas con descuento para los numerosos musicales y obras de teatro que se celebran en Broadway y un punto de paso casi obligado para los turistas.
Decenas de coches y furgones de Policía, así como agentes montados a caballo y alguna ambulancia como medida preventiva ocuparon los alrededores de la zona cercada.
Los artificieros observaron la pequeña nevera, la analizaron con rayos X y comprobaron que no contenía explosivos, sino botellas de agua, por lo que, tras poco más de una hora desde que se procedió a la evacuación se desactivaron las medidas de seguridad.