Tras un tiempo sin escribir y observando las políticas municipales que el actual equipo de gobierno popular de Germán Beardo lleva a cabo para la ciudad, quiero tratar las relativas a los ámbitos de los que suelo hablar y conozco bien: Cultura y Educación.
Existe bastante margen de mejora, especialmente cuando hay promesas incumplidas o iniciativas que quedan en el olvido
A pesar de que el actual concejal de estos sectores solo lleva 2 años, Germán Beardo lleva 6 años al frente de un Ayuntamiento con muchas cuentas pendientes en lo que a estas concejalías refiere. En el pasado, su equipo de gobierno ya mostró un claro conformismo ante un proyecto inexistente, evidenciado por su inacción y el traspaso entre ediles de la concejalía de Cultura.
Quizás por esta desconfianza ganada a pulso y por la opacidad que alimenta con su mayoría absoluta, el horizonte que plantea el gobierno de Germán Beardo con respecto a políticas culturales no es fácil de vislumbrar. He de aclarar que el reto de mejorar la gestión cultural de la ciudad no era excesivamente complejo, ya que venimos de su anterior mandato, completamente nulo en este aspecto, y por ello, tras 4 años de ausencia es relativamente sencillo vender labores de gestión ordinarias como extraordinarias. Acciones como la reciente recuperación de la Fundación Pedro Muñoz Seca, la cual ellos mismos se encargaron de cerrar.
En primer lugar, quiero reconocer al actual concejal de Cultura y Educación, Enrique Iglesias, que está afrontando sus obligaciones con responsabilidad y está cumpliendo con ciertos asuntos pendientes en estos ámbitos, como la puesta en marcha de la Oferta Educativa o una programación del Teatro Pedro Muñoz Seca amplia y variada.
Sin embargo, también quiero recordarle que aún hay mucho trabajo por delante en materia de Cultura y Educación. E insistir, en que algunas de las mociones aprobadas en pleno siguen en un cajón y olvidadas por su equipo de gobierno, como el fomento y regularización de los artistas callejeros, la dotación de más espacios culturales multidisciplinares para el ensayo o exposición, la creación del Consejo Local de Cultura, el establecimiento de una Casa de la Cultura digna o la creación de más salas de estudio en la ciudad.
El desafío que enfrentamos es superar lo que se viene haciendo por protocolo habitual del Ayuntamiento. Existe bastante margen de mejora, especialmente cuando hay promesas incumplidas o iniciativas que quedan en el olvido. Es necesario avanzar con propuestas concretas y efectivas, que no evidencien su habitual falta de compromiso con el desarrollo cultural, como han venido demostrando anteriormente. En definitiva, realizar una apuesta decidida por el fomento cultural portuense.