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Sábado 30/11/2024
 
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Xabi Alonso desata la versión arrolladora

La dimensión de la figura de Xabi Alonso se ha comprobado en su ausencia. Es un futbolista imprescindible para el Real Madrid

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El Real Madrid dejó sus mejores minutos de la temporada, pasando por encima de una Real Sociedad superada y cansada de su esfuerzo en la Liga de Campeones, a la que goleó desatando su versión arrolladora desde la figura de Xabi Alonso, que aporta el equilibrio que necesitaba Carlo Ancelotti para despegar (5-1).

La dimensión de la figura de Xabi Alonso se ha comprobado en su ausencia. Es un futbolista imprescindible para el Real Madrid. Devuelve el orden al equipo. Da equilibrio. Aporta variantes de juego que añoraban sus extremos. Y mejora a futbolistas como Khedira o Modric que sienten cubiertas sus espaldas.

El regreso del 14 blanco ha permitido a Ancelotti encontrar al fin su equipo y un sistema en el que encajan a la perfección sus tres balas de arriba. El 4-3-3 explota las virtudes de Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Benzema. Aunque por el camino deja jugadores que comenzaron la temporada en su mejor nivel y han pasado a un segundo plano. Di María e Isco no encuentran su sitio. Son los damnificados.

Era un 'duelo Champions' en el Santiago Bernabéu y el Real Madrid buscaba la continuidad a un juego racheado, que pasa por momentos de dudas en cada partido y provocó inestabilidad defensiva ante Sevilla y Rayo. Consiguió su objetivo para pasar por encima de la Real Sociedad. La idea de Jagoba Arrasate era valiente. Atacar con Vela, Griezzman y Seferovic. Pero esta vez el equipo de Ancelotti fue un bloque. Defendió en todas las zonas del campo guiado por un líder que no para de colocar a sus compañeros: Xabi Alonso.

Nacía el partido con un latigazo de Cristiano Ronaldo al travesaño desde una banda. Sólo a él se le ocurre probar suerte. Fue el aviso de un partido que deja su nombre para el debate del 'Balón de Oro'. Está en el mejor momento de su carrera con números difícilmente superables. Nueve goles en los cuatro últimos partidos. Máximo artillero en Liga y 'Champions'. El primero lo hizo a pase de Benzema. Tiró mal el fuera de juego la Real y el portugués no perdonó. Control y chut con potencia al único espacio que le dejó Bravo.

Habían pasado 12 minutos y del conjunto donostiarra no había noticias. Superado en todas las facetas del juego. Corriendo tras el balón. Viendo como Xabi Alonso lanzaba pases en largo a las carreras de Bale, como la movilidad de Benzema descentraba a los centrales y Cristiano aparecía desde cualquier rincón del campo para chutar.

Tuvo el segundo a pase del galés y Bravo sacó abajo. Nada pudo hacer cuando Benzema remató de primera una jugada de equipo que inicio con Modric. Calidad del croata en el toque de exterior para lanzar la jugada. Tres toques, pase de Cristiano y gol de Karim.

El Bernabéu disfrutaba de su mejor fiesta de la temporada cuando llegó el tercero por un penalti discutido por mano de Mikel González que cortó sin intención un disparo de Cristiano directo a portería. El colegiado no lo dudó, menos aún Ronaldo, que cambió su mecánica habitual y chuto suave centrado.

Con 3-0 en el marcador se reprodujo en la mente de muchos los dos últimos partidos ligueros, pero en esta ocasión su rival no pasaba de centro del campo y con la seguridad defensiva Khedira se atrevió a descolgarse en ataque. Participó hasta con brillantez en acciones en los últimos metros donde habitualmente se atasca. La rompió llegando desde atrás para marcar el cuarto y puso en bandeja otro a Cristiano, pero apareció Bravo para salvar el testarazo. En pleno festival, Bale tuvo dos claras que perdonó.

Nació la segunda mitad y en el momento en el que la motivación se redujo apareció la exigencia de la afición del Santiago Bernabeú. Con 4-0 comenzó el run run cuando la Real comenzó a tocar. Diego López había sido un espectador más. No había podido hacer ni una parada, pero comenzó a recibir balones de sus defensas y jugar en largo. El Real Madrid se hacía largo y aparecieron silbidos de queja. Los seguidores querían más.

Tardó Ancelotti en darse cuenta y mover el banquillo. Sacar al tapete a jugadores con hambre de minutos. Y así llegó una acción en la que Griezmann se dejó caer ante la salida de Diego López, y segundos después un pase a la espalda de Varane que el francés definió con gran calidad, picando el balón con suavidad a la salida del portero madridista. El gol de la honra.

En el campo había un jugador que siempre quiere más. Es Cristiano Ronaldo, que cuando sus compañeros se conformaban con los momentos de brillantez dejados, mostró su hambre generando acciones de peligro y marcando el tanto que cerró la goleada de falta. Fue la versión más arrolladora de un Real Madrid mayúsculo durante una mitad. Le falta continuidad para firmarlo todo el partido.

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