Existen ciertos ciclos en el fútbol que suelen repertirse en mayor o menos medida dentro de unos parámetros concretos. Sensaciones subjetivas que se trasladan al terreno de juego y se convierten en realidades objetivas.
Sírvase esta breve introducción para explicar de una manera teórica un suceso que hasta ahora sólo arrastraba una corta serie de partidos con malos resultados; pero que esta temporada se ha manigficado. Y es que al Betis de Mel le está sobrando Liga por los cuatro costados.
Durante las dos campañas anteriores y quitando infaustas rachas que pasarán a la historia verdiblanca; únicamente el efecto de la Copa del Rey mermaba a lo largo de un mes la capacidad competitiva del cuadro bético.
El conjunto helipolitano bajo las órdenes del técnico madrileño ha demostrado (este año sí), un progresivo bajón que se sostiene gracias a la excelente primera vuelta que realizó y que le valieron para sumar 34 puntos con los que codearse varias jornadas en la zona noble donde la Liga de Campeones primaba sobre el actual propósito de alcanzar la Europa League.
Si bien, su consecuención parece que se complica por instantes. Las cifras hablan por sí solas pues tras 14 encuentros disputados en lo que llevamos de segunda vuelta, el Betis ha vencido en tres ocasiones. Málaga (3-0), Osasuna (2-1) y Granada (1-5) fueron las víctimas que sucumbieron ante el equipo de las trece barras. Tres triunfos que le colocan como el tercer peor club de Primera en cuanto a victorias se refiere.
En total, acumulando empates, los verdiblancos se posicionan como el quinto conjunto liguero que menos puntos ha cosechado (15); superado negativamente por Celta, Mallorca, Levante y Zaragoza en cuanto al balance en el segundo periodo del campeonato se refiere; algo que colocaría a los de Mel al borde de los puestos de descenso.
Aún hay margen de error aunque mínimo. El calendario es propicio. Veremos.
