Empate y gracias. Al tempranero tanto de penalty transformado por Rubén Castro contestaría a cinco de la primera mitad Aduriz. Los bilbaínos fueron mejores en los 90 minutos y sólo Adrián evitó que el conjunto vasco se llevara mayor tajada.
El once esperado de Mel con los cambios previstos en defensa y el centro del campo en relación al encuentro de Copa del Rey frente al Atlético de Madrid e igual de esperada fue la alineación titular que ponía sobre en liza el cuadro vizcaíno sobre el tapete.
Ver para creer. Salva Sevilla se introducía desde el lateral de la banza izquierda al interior de las inmediaciones de Iraizoz que barría claramente, cediendo en el recorte al centrocampista bético en su salida y obrando el milagro para los presentes que veían como 15 meses después, Ayza Gámez, le concedía en nombre del colectivo arbitral (valga la ironía) la pena máxima que transformaría eficazmente, quién si no, Rubén Castro para ponerse por delante en el marcador.
El ritmo infernal que proponía el equipo de Heliópolis ahogaba por momentos al Athletic que se veía desbordado por ambas bandas. Tanto el delantero canario como Campbell en segunda instancia, volvían a probar suerte aunque esta vez, el guardameta vasco atajaría sendos lanzamientos evitando mayor ventaja del conjunto local. Poco a poco, los de Bielsa se iban metiendo en el partido a base de toque y entrega. Ander Herrera casi hace el empate con un derechazo desde la frontal cuya mano de Adrián en un soberbio paradón mandaba a córner.
Un aviso que Aduriz, en el 40 de la primera mitad se encargaría de rubricar en un auténtico golazo de vaselina ante la presencia del portero canterano del Betis tras recibir un precioso pase entre líneas por parte de Ander Herrera que aprovechaba un inmenso agujero entre Mario y Amaya, impropio de la solidez defensiva que últimamente estaban mostrando.
Dueño y señor del choque, hasta en dos ocasiones pudieron los ‘leones’ adelantarse en el luminoso por medio de Iturraspe y De Marcos. Salva Sevilla tendría que retirarse además a causa de un golpe dando entrada a Nono.
Consumido el descanso, Mel efectuaba el segundo cambio del encuentro. Mario, señalado en el tanto bilbaíno, dejaba su sitio a Paulao. Por el conjunto vasco, Aurtenetxe salía al campo por Gurpegui. Sin dar tregua, los dos equipos salieron a por la victoria nada más arrancar la segunda parte. Jorge Molina no enganchó de volea un centro de Nono cuando acto seguido, se produjo la jugada más polémica del choque. Y es que el colegiado valenciano se tragaba un claro penalty por manos de Ander Herrera tras un duro disparol medio bético.
Con el duelo sumido en la locura del vertiginoso nivel que tanto Betis como Bilbao ofrecían, Molina y Aduriz, dos rematadores puros, no acertaron a transformar sus testarazos, más claro el del atacante vasco que obligó a Adrián a aplicarse a fondo. Y en mitad de la vorágine, Beñat, una sombra de lo que fue, no daba una a derechas, algo que avivó algunos silbidos del público asistente.
La tragedia se mascó en el Villamarín hasta el final si no llega a ser por el meta bético que hasta en dos ocasiones salvó de la derrota a sus compañeros y otorgó unas tablas que visto lo visto supo a triunfo para los de Mel.
