Ha tenido que salir a apagar el fuego el propio protagonista de unas declaraciones poco acertadas que dejaban en duda la profesionalidad de sus compañeros y la escasa honradez del propio club heliopolitano.
De tal modo, el portero canario del Betis, Fabricio, probablemente bien asesorado, aparecía ayer en los medios oficiales del club para esclarecer el mensaje del pasado marte, que parecía transmitir la probabilidad de un amaño en el encuentro de la pasada temporada entre Gijón y Betis.
“Estoy muy sorprendido, tengo un malestar conmigo mismo porque se ha formado un jaleo importante, nunca he querido ensuciar la imagen del club ni perjudicar a mis compañeros ni al Betis. Quizás mis palabras no dejan claro lo que quería decir. El ‘no recuerdo’ fue porque siempre estoy a mi bola, concentrado y pensando en mi partido”, aseguraba Fabricio.
Además, aprovechó para pedir disculpas al beticismo y zanjar este debate. “Sorprende porque han pasado muchos meses y siempre hemos ganado los puntos limpiamente y honestamente. No sé por qué este rumor. Quizás no haya matizado bien las palabras pero nunca quise dejar en duda a nadie. Pedir disculpas a quien le haya sentado mal y que no duden que el Betis siempre sale a ganar”.
Fabricio, que no entró en la convocatoria de Pepe Mel para el partido del pasado miércoles ante el Benfica, dice el presidente Miguel Guillén que no fue por una molestia en la mano (otros piensan que era un castigo del club por poner en entredicho la moralidad de sus trabajadores), también ha aprovechado para hablar sobre el discutido estado de forma por el que pasa. “Yo soy el más exigente conmigo mismo y he podido estar a un mejor nivel y el primer disgustado soy yo, lo digo claramente”, decía el futbolista, que lo tendrá difícil para jugar en Pucela el lunes.