No voy a hablar de ninguna receta gastronómica ni de una de las canciones de la cantoautora canaria Rosana, sino de algunas reflexiones que exigen calma, tranquilidad y paciencia para meditarlas, paladearlas, ingerirlas y digerirlas.
Abrir nuevos caminos entre el andar y el volar, es tener la sensación de sentirse rodeados o verse engatusado por algún experto, que quiere darle las vueltas a las cosas y que parezcan lo que no son. Ser conscientes que la negatividad te aleja de tus sueños.
Con un par de narices, pasamos de exquisiteces y exclusividades, aprovechamos los sabores de nuestros saberes y entre furias y euforias, tersuras y rotundidades, texturas y suavidades, pretendemos tenerlo todo bajo control.
Esperamos que pasen cosas mágicas, que lo redondo se vuelva cuadrado, las pérdidas se conviertan en ganancia, los fracasos en éxitos, la tranquilidad en inquietud y vamos descubriendo que hay palabras que maridan mal.
Queremos darle un giro a las cosas y ponemos atención a nuestras voces interiores que nos guían, para saber cuál es el siguiente paso que tenemos que dar, y debemos ser valientes para exteriorizar nuestros sentimientos y si controlamos el estrés, nuestras emociones negativas desaparecen.
Aunque no tengamos nada que perder, nos cuesta mucho tomar decisiones arriesgadas y en ocasiones necesitamos una escapada para sentirnos plenos y satisfechos, aunque apelemos a las emociones en lugar de a los datos objetivos.
Hay cosas que no logramos entender, como el poder arrancar del infierno de la calle a aquellas personas que la consideran el paraíso de la libertad. Entre designaciones, nombramientos y especificaciones., agudezas, indefiniciones y estridencias.
Demasiadas veces fantaseamos y nos olvidamos de lo concreto, establecemos vetos y fronteras donde debería haber libre circulación de personas y mercancías, y establecemos planes que más tarde hemos de anular.
Cuando la vida nos sonríe de todas las maneras posibles , es el momento de no dejar pasar más tiempo e iniciar una etapa llena de satisfacciones y alegrías , tratando de no perder ningún instante que puede llegar a ser divertido, escuchando a ese amigo que quiere contarnos un problema , conociéndonos a nosotros y a los demás.
Nos proponemos hacer una lista con las cosas que pretendemos conseguir en los próximos meses, aclarar nuestras ideas y salir del estado de confusión en que, a veces, nos sitúa la realidad y necesitamos hacer un alto en el camino para airearnos y equilibrarnos.
Todo se va y vuelve, curiosidades y originalidades, colores y calores, verdades y engaños, tristezas y oscuridades, grandezas y pequeñeces, tiempos y silencios, orgullos, duelos y dolores sin caer en el error de la autocompasión y marcando distancia con el ejercicio de la queja y las personas tóxicas.
A veces, vamos subidos en un tobogán emocional, sin juzgar ni cuestionar ante las adversidades, y recordamos aquello que quisiéramos olvidar, y colocamos fuera de nuestra memoria lo que nos gustaría tener más presente, y vamos viendo como la tontería es tremendamente más fascinante que la inteligencia.