Entre la creatividad y la pasión hay momentos en la vida en los que hemos de arriesgarnos y emprender cosas nuevas. Otros en los que quizás mejor es ser conservador y preservar lo que se tiene. Lo importante es que tengamos las ideas claras y no perder nuestro valioso tiempo.

Los cambalaches y canjes del juego de nuestras historias no nos deben llevar en el presente a repetir el pasado. No debemos dejar que un bello sueño se nos convierta en una pesadilla y tenemos que facilitar el camino y dejar paso a los personajes que entre contradicciones y rarezas humanizan a las personas.

Normalmente y aunque no lo creamos el tiempo cambia y se adapta a nosotros aunque pensemos lo contrario. Nos movemos entre loempático, lo simbólico y conceptual, lo científico y  tecnológico, lo episódico y lo cognitivo.

Huimos de lo instrumental y mecánico y buscamos la habilidad de aprender y comprender en la realidad, los libros o las redes sociales. Y en ese camino intentamos evitar interferencias sin caer en las especulaciones o el baile de máscaras y disfraces.

Presos de las urgencias e inmediateces, nos olvidamos de las cosas y las personas, de los objetos perdidos y de los encontrados, de las timideces y los atrevimientos, de los apoyos y los rechazos. , de lo que se ve y lo que resulta invisible.

Descubrimos con el tiempo que a grandes males, grandes remedios, que hay que persistir porque como dice el refrán a la tercera va la vencida, que a todo nos acostumbramos, menos a no comer, que cada loco anda con su tema y cada maestrillo tiene su librillo.

También aprendemos con los años que el mejor escribano echa un borrón y por tanto por mucho que presumamos, corremos el peligro de equivocarnos, por lo que haciendo y deshaciendo se va aprendiendo y en su elocuencia como decía Sócrates abultan las pequeñas cosas y disminuyen las grandes.

Pasiones y creatividades, nos despejan las incógnitas que quienes mucho hablan poco dicen  por lo que como decía Tales” muchas palabras nunca indican mucha sabiduría” y si todos nos diéramos cuenta cuando tenemos que terminar una conversación, entonces sería para nota.

Cuando no somos capaces de asumir sacrificios y esfuerzos y nos sentimos engañados y desamparados, cuando cometemos el error para el poder de pensar nos inunda el amargo sabor de la decepción y buscamos consuelo en los errores de los demás.

Si no somos  impecables en nuestras actuaciones e implacables en nuestras medidas contra una sociedad injusta y los casos de corrupción, estamos siendo cómplices del engaño y la desigualdad. Si entre nuestros dichos y nuestros hechos hay un abismo, es que estamos muy mal y no estamos dispuestos a luchar por una mayor transparencia, un mayor compromiso ético, más democracia y más participación.

Muchas veces cuando hablamos o escribimos nuestras figuras fónicas y nuestras palabras están llenas de aliteraciones, onomatopeyas o paranomasias y nuestras construcciones literarias en el camino de la rapidez están repletas de elipsis y asíndeton, de anáforas, enumeraciones reduplicaciones,antítesis, paradojas, ironías, hipérboles, reticencias y cosas por el estilo que le proporcionaban seguridades y comodidades, aventuras y emociones, liberándonos de las cargas del pasado para vivir intensamente el presente.