A veces desde el liderazgo, equidad y visibilidad necesarias hemos de dar un grito templado,para que no tengamos la tentación de caer ni en el mero entretenimiento ni en el tostonazo. Y que entre el aburrimiento y la catetez tenga más glamour que aires horteras.
En ocasiones nos embobamos con cosas nuevas y entre tiras y aflojas no damos nuestro brazo a torcer y terminamos cayendo en simplezas, entre realidades y ficciones, sintonías y desencuentros, mientras en nuestro entorno suceden cosas maravillosas e inesperadas que nos pasan desapercibidas.
Poco a poco vamos construyendo nuestra personalidad e intentando encontrar nuestra verdadera identidad. Y los gurús, maestros en pronosticar el futuro se empeñan en enseñarnos que es beneficioso repudiar el éxito y elogiar el fracaso, y ni una cosa ni la otra que es la de permanecer encerrado en la búsqueda de un mundo ideal en la que todo es beneficioso.
Entre rayos y centellas debemos poner el foco en aquello que nos interesa de verdad y no ser víctima de distracciones sin sentido. Ser más actores que figurantes en la película de nuestras vidas y mantenernos firmes en nuestros propósitos
Cuando no tenemos las cosas claras, nos movemos entre la desconfianza y lo críptico, lo idéntico y la similitud, intentamos brillar con nuestra estética y deslumbrar con nuestro verbo., sin caer en simplezas ni terminar sembrando demagogias.
Avanzamos con fuerza y sin miedo y no hay obstáculo que se ponga en nuestro camino. Cuando con los años superamos la inexperiencia y no caemos en el esperpento, no consentimos que nadie se entrometa en nuestras vidas, y descubrimos que aquel que no tiene enemigos es que no ha hecho nada bueno que irrite a los envidiosos y mediocres.
En el fondo suele suceder lo que nosotros atraemos hacia nuestras personas. Si sembramos disgustos es muy difícil recoger alegrías, por eso no debemos hacer caso de los comentarios maliciosos que solo buscan amargarnos la existencia.
Saber mirar nuestra propia sombra es esencial para poder trascenderla, para rechazar ofertas envenenadas, para decir que no a aquello que no queremos hacer, para centrarnos en el aquí y ahora y los imprevistos no nos hagan cambiar los planes previstos.
La tormenta diaria de como intuir el futuro está llena de mentiras y verdades, tribus y sociedades, trabajos y descansos, sacas y resacas, formas y plataformas, anuncios y denuncias, inspecciones y prospecciones, caricias y bofetadas, aumentos y disminuciones, culpas y perdones, el primer regalo suele ser una sonrisa y la última joya un beso.
Los senderos inexplorados debemos saborearlos paso a paso conforme los vamos encontrando, como si fuéramos el grito de los que ya no tienen voz. Vamos configurando nuestro mundo, abierto y generoso para no arrepentirnos de haber vivido.
Cuando, en ocasiones, la abundancia llega a nuestras vidas, no es porque tengamos más cosas o hayamos sido capaces de acumular más bienes sino porque nuestra plenitud psicológica nos hace liberarnos de muchas ataduras y sentirnos llenos de ideas y ricosen sentimientos positivos que nos hacesentir amor hacia todo lo que nos rodea.
Confiar en nosotros mismos, nos hace conseguir todo aquello que nos propongamos. Y no solo aspirar a formar parte de las estadísticas y porcentajes positivos.