Aunque en estos tiempos que nos ha tocado vivir, se diría que nuestros niños nacen con un móvil de última generación o una tableta debajo del brazo, de tal manera que desde el minuto uno de sus vidas muestran una gran facilidad para el manejo de todos los aparatejos de las nuevas tecnologías.
Sin embargo hay juguetes que desde la cuna favorecen y estimulan el crecimiento de nuestros “locos bajitos” como diría la famosa canción de Joan Manuel Serrat, y entre ellos ocupa un lugar preferente el sonajero que con sus sonajas y cascabeles le ayudará a descubrir cosas que ocurren a su alrededor.
Así si lo agita suena, se ilumina, cambia de forma, de tal manera que estimula sus sentidos y les entretiene. Quizás esta cualidad es la que utilizan algunos políticos para hacerse notar o subir la tensión según sus intereses de cada momento.
También observamos entre la rabia y la indignación que en muchas ocasiones nos prometen a bombo y platillo cosas que después no cumplen. En nuestra Comarca hemos tenido un ejemplo claro con las infraestructuras y que han quedado en agua de borrajas o el cuento de la lechera.
Cuantas veces a lo largo y ancho de la última legislatura nos han dicho los responsables del PP desde la Ministra Ana Pastor hasta el conserje del ministerio que continuaría la Algeciras-Bobadilla, que habría dinero en los Presupuestos Generales para el desdoblamiento de la A-48, y al principio y al final política sonajero, mucho ruido y pocas nueces.
En este tipo de actuación se suele retorcer la realidad para no tomar responsabilidad y desplazar la misma hacia los adversarios como si fueran culpables de nuestros errores e incompetencias, y los números y las cifras que son años tras años invisibles en los Presupuestos Generales del Estado y no aparecieran por nuestra ceguera.
En esta política espectáculo se suele vender casi siempre la piel del oso antes de cazarla, y entre estrategias oscuras y falta de transparencia se ocultan las verdaderas intenciones de elegir entre el riesgo de lo novedoso y la incertidumbre del cambio.
Los protagonistas de este tipo de política casi siempre nos anuncian un futuro que no llega y nos venden un presente que no existe, y que en algunos casos se cristaliza en delirios de obras faraónicas de nula utilidad que dejan una herencia ruinosa y una sombra de indignación y en algunos casos de corrupción.
Debemos vacunarnos desde la sensatez contra este tipo de políticas que crean más problemas que resuelven, las que se dedican a espiar a propios y extraños, a mentir descaradamente, las de las lealtades inquebrantables, la de los milagros que jamás se producen.
Si Arquitas de Tarento, amigo de Platón, fue según gran parte de los historiadores el inventor del sonajero, uno de los mayores especialistas que tenemos en la actualidad en la política del mismo, es don Mariano Rajoy, que es un verdadero mago en hacer distraer al personal para que mire para otro lado y no se ocupe ni preocupe de los problemas importantes.
Pero sería injusto no dar su lugar en este tipo de actuación política al señor Iglesias, el líder de UNIDOS PODEMOS, que bajo una retórica hueca y vacía es capaz de presentarnos cómo alcanzar los cielos cuando no separa los pies del suelo en una interpretación teatral en la que nos presenta como auténtico lo que solo es sucedáneo, que además trivializa los contenidos políticos bajo el nombre de videojuegos o personajes de película sin resolver ninguno de nuestros problemas en una foto muy alejada de la realidad, lo que hace que ya no solo se le vea la coleta sino el plumero .