Solemos vivir con intensidad desde nuestro interior al exterior y viceversa. Nuestro mundo íntimo está lleno de pensamientos, nuestro entorno está repleto de titulares. A pesar de todo, en ocasiones, desde esa plenitud no podemos evitar sentirnos vacíos, y en esa diatriba nos movemos entre lo completo de nuestro ser y lo hueco de nuestro parecer.
Aprendemos en el discurrir de nuestras vidas que hay muchos caminos para conseguir nuestros objetivos y todos pueden ser válidos, y escuchamos con atención a las personas que tenemos a nuestro lado, para hacerles un retrato con palabras y sin pintura o con demasiados colores y sin pronunciar un solo vocablo.
Regresamos sin equipaje del lugar de donde partimos con las maletas llenas, y en entre jeroglíficos y acertijos intentamos resolver los enigmas de la lógica y el misterio, encontrándonos con cosas que no tienen nombre y palabros a los que no le encontramos ningún significado.
Hay páginas que cambiaron la historia de nuestras letras y escritores que no nos aportaron nada entre la magia, la memoria, el encanto y la fascinación por lo intangible o la atracción por el abismo. Cuentos y fábulas que salen del teclear del autor o de la imaginación del creador.
En la realidad hay signos que nos ponen sobre la pista y no nos dan respiro hasta que encontramos el significado de las cosas, aunque el mal quiera mostrarnos su lado más amable y el bien ofrecernos su aspecto más desagradable.
Vivimos situaciones, a partir de las cuales, nada en nuestras vidas vuelve a ser lo mismo, y nos rebelamos o nos conformamos, pero nuestra identidad ha cambiado como si nos hubiéramos convertido en un ser extraño a nosotros mismos.
Entre justos, secretos e impostores, descubrimos gente que ser un bicho raro puede ser maravilloso y que como promotores de las grandes ideas son capaces de cambiar el mundo y ofreceros propuestas para construir un futuro mejor.
Dentro del mercado de todos los tactos, olores y sabores, hay tejidos de todas las texturas, olfatos de cien especies distintas y alimentos para todos los gustos y descubrimos que un regalo original no tiene porqué ser caro y que es posible sorprender con lo más simple a la persona más exigente.
A veces reventamos de miedo o nos encontramos olvidados de soledad en el rincón más insospechado, y formamos parte de las estadísticas más brillantes o de las relaciones más sórdidas de quienes viven escondidos en el anonimato.
Hay estados muy especiales, íntimos y personales, y en ocasiones lo son tanto que nos refugiamos en ellos, guardando nuestros más íntimos secretos, como si de una fortaleza medieval se tratara. Y nos observamos por dentro tratando de ver nuestro pensamientos como lo haría otra persona si pudiese penetrar en nuestra mente.
En ocasiones todos nuestros esfuerzos van encontrando sentido aunque no todo lo que ocurra tenga una explicación lógica, nos perdemos sin encontrar los fondos y no sabemos guardar las formas...Llegadas estas fechas de posible vuelta a las urnas, los encuestadores y realizadores de estudios electorales han de tentarse la ropa, porque la respuesta del pueblo puede ser inesperada.
Muchas veces tenemos que dar un paso hacia adelante, y averiguar que la mejor inversión es disfrutar del momento, y la peor actitud es no querer admitir que lo que realmente funciona no nos debe causar dolores de cabeza.