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Con el alma en pie

Los ERE, la justicia, la vida...

No llevarse ni un duro y que te caigan años de cárcel y de inhabilitación es, cuanto menos, raro. Dicho con todo el respeto a la aún caliente sentencia...

Publicado: 20/11/2019 ·
12:52
· Actualizado: 20/11/2019 · 12:52
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Autor

Ana Tudela

Ana Tudela se declara una mujer liberal en la trinchera social y política desde muy, muy joven

Con el alma en pie

Este espacio es una mirada femenina y crítica a lo que sucede en la capital y a vida municipal

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No llevarse ni un duro y que te caigan años de cárcel y de inhabilitación es, cuanto menos, raro. Dicho con todo el respeto a la aún caliente sentencia de los ERE, que hay que aceptar, con la salvedad del legítimo derecho al recurso que, supongo, formularán las personas condenadas. 

Siempre entendí que la deficiente gestión o la toma de decisiones equivocada de subordinados genera una lógica responsabilidad política, que en los encausados se asumió tajantemente; pero llegar a enviar a prisión por presunciones; esto es, porque al parecer deberían de haber dudado por sistema de quienes tomaban decisiones en el ámbito de la responsabilidad encomendada, o porque se entienda que esa duda tuvo forzosamente que darse. Me parece, que sus señorías, tal vez hayan puesto el listón muy alto. Tan alto, como que habrá que pensarse dedicarse a la política, si no se tiene todo el conocimiento científico del mundo de la administración financiera, y también; habría que pensarse delegar responsabilidades en nadie, porque, a fin de cuentas, nos obligan a no fiarnos lo más mínimo de ninguna de las acciones de la persona delegada, ni de las delegadas por las delegadas, y así hasta el infinito. 

Los jueces de la Audiencia de Sevilla dejan, por ejemplo, sin argumentos, a un Fernandez de Moya que escuda su defensa en la delegación de unas competencias de las que no sabría nada. Por cierto, curiosa la disparidad de pareceres en ambos casos; en uno piden castigos durísimos y en el caso del PP, abogan por la absolución porque “no se enteró”. En fin, la justicia y la vida.

La historia de los ERE aparece en un escenario de control desordenado, eso es indudable, como lo es, el cuestionamiento político de la acción o inacción de quienes tienen la responsabilidad de ordenarlo. Pero... ¿cárcel? Cárcel, a quien no se llevó un euro y se ha arruinado para varias vidas con la defensa jurídica de una vida ya absolutamente arruinada.

Sé que posiblemente hoy toca a unos multiplicar la tormenta y cobrarse viejas deudas, y a otros aguantar el chaparrón, esperando que escampe. Permítanme, ya digo, desde el más absoluto respeto a la justicia, poner negro sobre blanco en algo que hoy pensamos muchas que vivimos esos tiempos desde una relativa cercanía, y es que jamás entenderemos cómo servidores públicos de un valor personal y político enorme, vayan a acabar su vida de esta manera.

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