El complejo medioambiental Sur de Europa, en Los Barrios, en el que coinciden diversas plantas de tratamiento de residuos, gestionadas por diversas empresas, alberga la planta de tratamiento de envases de Arcgisa. Allí se clasifican los residuos depositados en el contenedor amarillo de las siete localidades de la comarca, Ceuta y Gibraltar. Procesa unas 200.000 toneladas (200 millones de kilos) de basura al año, unas 18 toneladas al día. En concreto, es una planta de recuperación y compostaje con una línea de separación de envases.
Desde Arcgisa destacan que en el Campo de Gibraltar, ni en el resto del continente, no se paga ninguna tasa por los contenedores amarillos, azules y verdes. Pagan las empresas productoras de envases porque son las que crean esa contaminación y por ello se aplica esa normativa, que se hace a nivel europeo. Las empresas pagan a las entidades locales por la recogida y tratamiento.
Aquí, en concreto, se trata todo lo recogido en los contenedores amarillos. Los del azul (papel y cartón) y el verde (vidrio) son residuos monomateriales y van directamente a las plantas recuperadoras. Sin embargo, el contenedor amarillo lleva distintos tipos de materiales (latas, tetrabricks y plásticos) y hay que hacer un trabajo importante de clasificación. El 95% de ese material se recupera. Sin embargo, cuando ese plástico se tira en el contenedor gris, por cuyo tratamiento sí que pagan los ciudadanos, solo se recupera un 50%. “Cabría la posibilidad de poner a trabajadores a inspeccionar cada bolsa de basura, pero supondría un coste enorme y por sostenibilidad es imposible”, explica el director de residuos de Arcgisa.
Pionera
Se trata de unas instalaciones muy modernas. Hace dos años fue la primera planta de residuos automatizada de Andalucía; ahora hay más. En su funcionamiento destacan por su importancia dos elementos. El primero es la clasificación de los plásticos por tecnología de infrarrojos cercanos y la zona de cribado.
En la clasificación, una máquina mide la capacidad de los distintos materiales de absorber a determinadas longitudes las ondas de la luz. Se manda un rayo de luz y se detecta de qué tipo de plástico se trata, si es pvc, polietileno, etc. y con un chorro de aire lo manda de un sitio a otro a una gran velocidad.
El segundo es la zona de cribado, que se realiza a gran velocidad, y que separa elementos rodantes de planados. Con los elementos rechazados hay una segunda línea con trabajadores que los separan a mano.