El embajador de España en Londres, Federico Trillo, garantizó supuestamente al Gobierno de Reino Unido que dejarían de producirse incursiones en aguas que rodean a Gibraltar tras el incidente que tuvo lugar cuando el buque oceanográfico Ramón Margalef acudió a la zona para investigar el efecto de los bloques de hormigón lanzados al mar por el ejecutivo de Fabian Picardo.
Según informaciones aparecidas en el diario El Confidencial, dicha promesa se hizo en una reunión secreta que habría tenido lugar el pasado mes de noviembre.
Cámara de los Lores
La información fue revelada el pasado lunes por la secretaria de Estado británica de Asuntos Exteriores, Sayeeda Warsi, en la Cámara de los Lores de ese país.
La parlamentaria inglesa manifestó que, en aquella ocasión, “hicimos convocar al embajador español y, posteriormente, recibimos garantías de que no sucedería de nuevo y, hasta la fecha, no lo ha hecho. Todo ello se produjo en el marco de un debate monográfico durante el que se explicó el modo en que fue convocado el embajador español en relación a este asunto.
Tomando como base la información de El Confidencial, después de un primer encuentro con el Ministerio de Asuntos Exteriores, Trillo fue reclamado de nuevo y se le volvió a manifestar el enfado de las autoridades británicas. Supuestamente, habría sido en dicho encuentro en el que Trillo garantizó que no se producirían más incursiones de ese tipo en las aguas.
Hay que destacar que, efectivamente, desde que se produjo el incidente del Ramón Margalef no ha tenido lugar ninguna supuesta incursión de un barco español en las aguas que la colonia reivindica como suyas.
La polémica del Ramón Margalef tuvo lugar a mediados del mes de noviembre del pasado año, cuando el buque oceanográfico fue enviado para inspeccionar los efectos de los bloques de hormigón.
Tras ser hostigado el día 18 por patrulleras británicas, al día siguiente salió a completar su tarea escoltado por otras tres patrulleras, en este caso de la Guardia Civil.
Llamamiento
Fueron estos hechos los que motivaron la llamada del gobierno británico al embajador español, ante lo que calificaron como “una grave incursión”, en un comunicado emitido desde la Foreign Office británica.