"Los aviones venían rasantes y me agazapé en el suelo, cubierto por una manta. De pronto sentí un golpe fuerte en la espalda. Quedé paralizado. Noté que tenía sangre. Cuando todo el mundo se levantó, vi que me había caído encima la cabeza de una niña. Yo tenía diez años y ella era más chiquita. Una pequeña de cuatro o cinco años”. Son los recuerdos de Alejandro Torrealba, uno de los supervivientes de ‘La Desbandá’, cuando miles de personas que huían de Málaga en 1937 fueron bombardeadas sin compasión, por tierra, mar y aire.
Con este relato comienza ‘El país de la desmemoria’, del periodista Juan Miguel Baquero. “Este libro es un ensayo, con un lenguaje muy periodístico, en el que pretendo contar las páginas más oscuras del pasado reciente de este país, que han permanecido de alguna forma bajo el olvido oficial y el silencio premeditado. Conocer nuestra propia historia no es más que una deuda con quienes se fueron, quienes lucharon por la libertad y la democracia, algo también trascendental en nuestro presente y una obligación con las generaciones futuras”, expone el propio autor. Para Baltasar Garzón, autor del prólogo del libro, “el narrador ha tocado de forma exhaustiva todos los hitos de esa larga marcha de frustración y padecimientos, y señala todos aquellos aspectos que aún están pendientes de resolver”.
Asignaturas pendientes
En ‘El país de la desmemoria’, Baquero nos presenta las muchas heridas que han quedado abiertas en España con la insuficiente aplicación de la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007, y que debía ser una respuesta a las reivindicaciones de las víctimas del franquismo. Este libro es, a su vez, “una completa investigación de las asignaturas pendientes de España en esta temática, hasta el punto de ignorar el mandato de Naciones Unidas, además de no llevar ante un juez a los verdugos y los torturadores del franquismo, ni investigar judicialmente las prácticas represivas más duraderas de Europa”. Según el autor, España además de incumplir con los mandatos de la ONU, tiene otras asignaturas pendientes como “reparar a las víctimas del fascismo español, que tienen todo el derecho a ser reconocidas como tal, ya que la propia sociedad necesita este aporte como garantía de no repetición”. También señala la pervivencia de los crímenes del franquismo, “ya que ningún crimen ha pasado por un tribunal, algo anómalo en el contexto en el que vivimos”.
Radiografías
A través de los doce capítulos que componen el libro, el autor hace una radiografía de este país desmemoriado. “Una tierra enmarañada en la lectura parcial de su propio relato, que ha vendido durante años una visión equidistante o directamente apologética de su cruel pasado reciente como alimento propiciatorio del franquismo sociológico. Un país en donde muchos todavía no entienden que para ser demócrata hay que empezar siendo antifascista”. Un repaso desde cómo fue la República hasta la Memoria en nuestros días. “Los capítulos nos permiten adentrarnos en los puntos clave de un relato de sufrimiento, destacando qué pasó y por qué pasó”, asegura el autor.