Un total de 28.024 denuncias se presentaron en los juzgados de violencia sobre la mujer de Andalucía a lo largo de todo el año 2015, en las que aparecen 26.668 mujeres como víctimas de violencia machista. Estos datos suponen un aumento respecto al número de denuncias de 2014, que fueron en total 27.452.
Estas cifras, hechas públicas hoy por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, colocan a Andalucía con 61,48 víctimas por cada 10.000 mujeres como una de las Comunidades con mayor tasa de víctimas por violencia machista. Por territorios, Baleares (82,5), Canarias (71,1), Murcia (66,3) y Comunidad Valenciana, (64,5) junto con Andalucía son las Comunidades con una mayor tasa de víctimas de violencia de género, según figuran en las denuncias presentadas en los órganos judiciales, mientras que Galicia, con una tasa del 35,4, y Castilla y León y Navarra, con tasas en torno al 36,3, son las Comunidades con una menor tasa de mujeres víctimas de violencia de género.
Respecto a las órdenes de protección, los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de Andalucía recibieron 8.026 solicitudes de órdenes de protección, y concedieron 4.901, lo que supone un 61 %. En estas órdenes de protección, la mayoría de víctimas son mujeres españolas (6.245) frente a las 1.582 mujeres extranjeras; y 169 mujeres menores de edad españolas y 30 extranjeras. La mayor parte de órdenes de protección en Andalucía se dictaron a instancias de la víctimas (92,36%).
Por provincias, Sevilla, Málaga y Cádiz fueron las provincias donde se concedieron mayor número de órdenes de protección. En concreto, en Sevilla fueron 1.998, 1.552 en Málaga y 1.000 en Cádiz. Por el contrario, Huelva y Jaén fueron las provincias con menos órdenes de protección, con 501 y 525 respectivamente.
Por otra parte, en el año 2015 se produjeron 2.929 casos en los que la víctima se acogió a la dispensa de la obligación legal de declarar.
Valoraciones de la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona
Creo que nos encontramos ante unos datos estadísticos que podríamos calificar de positivos, porque reflejan una realidad, en mi modesta opinión, de mayor sensibilidad y concienciación ante el problema de la violencia de género.
El incremento de denuncias y de solicitudes de órdenes de protección evidencia que la mujer víctima ya no se resigna al silencio de otras épocas y que decide poner los hechos en conocimiento de las instituciones del Estado.
El aumento también de las condenas a los maltratadores, de las órdenes de protección otorgadas y, muy especialmente, de las medidas civiles de protección a los menores, creo que habla bien a las claras de unas acertadas reformas legales y de una mayor implicación y formación del personal judicial.
Saludo, pues, las positivas tendencias observadas en las estadísticas, aunque no por ello me quede en la complacencia. Falta mucho camino por recorrer aún. Echo de menos una mayor implicación de familiares y amigos a la hora de denunciar casos de violencia machista, como ya he señalado en otras ocasiones, y me preocupa el repunte, aunque sea ligero, de los menores enjuiciados por violencia de género.
En definitiva, al Observatorio que presido estos buenos datos le sirven de estímulo para seguir combatiendo la violencia de género, desde la coordinación institucional, la prevención y el fomento de la educación en los valores de igualdad y libertad de las sociedades civilizadas.