Este viernes, 2 de octubre, en la Residencia Militar de Cortadura, se celebra el acto institucional del Día de la Policía en honor a los santos patronoes del Cuerpo, Los Ángeles Custodios. Un acto que no contará con la presencia del principal sindicato del Cuerpo Nacional de Policías, el SUP (Sindicato Unificado de Policía”, en señal de protesta y para hacer pública su indignación por el reparto de condecoraciones pensionadas (Medallas de Plata y Cruz con distintivo rojo), de la Dirección General de la Policía.
Así, el el Sindicato Unificado de Policía de Cádiz, quiere “felicitar a todos los policías de todas las escalas y categorías, así como a las personas ajenas a la corporación ‘decentes’ que han sido condecoradas con su ingreso en la Orden del Mérito Policial”, pero “un año más, nos sentimos estafados por el reparto de condecoraciones pensionadas de la Dirección General de la Policía” al considerar que “es una vergüenza que un Gobierno que predica austeridad, premie a sus amigos con dinero público, ése que es de todos los ciudadanos”.
Desde el SUP “denunciamos ante la opinión pública este atropello, al tiempo que informamos que en años anteriores nuestro sindicato ha denunciado esta situación ante los Tribunales, archivándose la causa sin la más mínima intervención del poder judicial”, así que “ como medida de protesta, la Comisión Ejecutiva Provincial del Sindicato Unificado de Policía de Cádiz, no asistirá a los actos oficiales del Día de la Policía”.
Y es que fuentes del SUP de Madrid señala que “la ilegalidad en la concesión de muchas medallas, que hace que junto a compañeros con méritos reconocibles, se distinga a otros de imposible justificación, cuando sus actuaciones no se pueden encuadrar dentro de los requisitos que la ley recoge para recibir esa distinción; los numerosos casos merecedores de condecoración y que nuevamente se han quedado olvidados y la falta de voluntad de la Dirección General de la Policía para terminar con este vergonzoso juego de medallas”, son algunos de los motivos por los que el SUP ha decidido no asistir a los actos del Día de la Policía. Y es que “entre aquellas sin duda merecidas, destacan sobremanera las cruces pensionadas que se han concedido a quienes, día a día, colonizan los despachos”,
Además, “si se toma en consideración el número total de integrantes de ambas escalas, la proporción de condecoraciones (con distintivo rojo o ‘pensionadas’) supone un 78,6 % en la escala superior y un 14,7% en la escala ejecutiva; representando un incremento, en relación al año 2012, del 150% y 102% respectivamente”.
En el lado opuesto, “se situarían las lamentables cifras del 3,9% y 0,8% que les han correspondido alas escalas de subinspección y básica; escalas que paradójicamente suponen el grueso del CNP, y que cada año ven como su esfuerzo y dedicación quedan lejos de ser recompensados”.
Para la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, según el Artículo 6º de la Ley 5/1964 establece que los requisitos necesarios para su obtención estaría “resultar herido en acto de servicio o con ocasión de él; participar en tres o más servicios, en los que, mediando agresión de armas, concurran las circunstancias del apartado anterior, aunque no resultara herido el funcionario; realizar, en circunstancias de peligro para su persona, un hecho abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor en el funcionario; u observar una conducta que, sin llenar plenamente las condiciones exigidas para la concesión de la Medalla al Mérito Policial, merezca especial recompensa, en consideración a hechos distinguidos y extraordinarios en los que haya quedado patente un riesgo o peligro personal”.
Es decir, las escalas superior y ejecutiva, apenas podrían tener acceso a estas medallas ‘pensionadas’ puesto que no existe ese riesgo para quien trabaja en los despachos. Riesgo que sí corren aquellos agentes que velan por la seguidad ciudadana en las calles. De ahí que no sea normal que se ‘premie’ cada año más a los que “están en los despachos” y menos a los agentes que se juegan el tipo un día sí, y al otro también, porque “el peligro está ahí fuera” y no “en los despachos”.