Tres familias han sido desalojadas en la mañana de este lunes por la Policía Nacional de las viviendas que ocupaban en la calle San Juan, número 37. Los agentes de la Policía Nacional acordonaron la zona para evitar incidentes y esperaron a que los menores, tres en total, dejasen sus respectivas casas para ir al colegio. Inmediatamente se pusieron manos a la obra y de forma pacífica desalojaron las tres viviendas ocupadas. Evidentemente, las escenas de llantos y lamentos también estuvieron presentes, reflejo de la dureza emocional que conlleva verse en la calle.

La actuación policial daba comienzo sobre las 06.30 horas de la mañana, cortando la calle San Juan en sus dos entradas. “A esa hora establecieron un cordón de seguridad”, comenta una de las personas desalojadas, concretamente Vanesa V., madre de dos niños de 6 y 8 años, “y poco más tarde, sobre las 08.00 llegaron a mi casa, les abrí la puerta y les dije que mis niños seguían durmiendo y que esperaran a que se marcharan al colegio, algo que hicieron, la verdad es que (los agentes) se portaron muy bien en este aspecto”. Eso sí, luego “casi me quisieron llevar a Comisaría porque no tenía encima mi DNI”.

Pero Vanesa lamenta que no hayan sido notificados, solo mediante una carta bajo la puerta el pasado jueves dándoles un plazo de cinco días. Ya llevaban tiempo moviéndose y de hecho “el pasado lunes pensamos que habíamos solucionado el problema, pero no”.

“Luego mis niños se marcharon al colegio, cada uno con una cajita de juguetes porque sabían que no volverían a la casa”, indicó a este medio Vanesa sin poder reprimir el llanto, sincero y desconsolado.

Una vez desalojados, los afectados se trasladaron hasta la Delegación Municipal de Asuntos Sociales en espera de una solución que evite que duerman en la calle. “Nos han ofrecido una pensión por cinco días, prorrogables a otros cinco, mientras encontramos otra vivienda, pero llevamos tiempo buscando pero las inmobiliarias no quieren tratos con el Ayuntamiento porque dicen que no les paga”.

Vanesa no tiene trabajo, llevaba dos años viviendo en la calle San Juan en una casa “cuyo estado era lamentable, pero al menos tenía un techo, y nos la apañábamos a pesar de no tener ni grifos, ni agua, pero era mejor que nada”.


Los agentes actuaron mediante una orden judicial tras la denuncia interpuesta en su día por los propietarios legales de las mismas, y es que como indicó la propia concejala municipal de Vivienda, Eva Tubío, el edificio en sí se encuentra en pésimas condiciones, sobre todo para que en su interior vivan familias con menores de edad. En cierta manera la orden judicial también lleva implícita la intención de evitar cualquier tipo de desgracia.

Mientras se efectuaban los desalojos, varios miembros del actual equipo de Gobierno como Adrián Martín, Manuel González, Ana Fernández, María Romay y la citada Eva Tubío, quienes acudieron a la zona para apoyar y dar ánimos a las familias a las que desde hoy deben dar una solución habitacional. Hablamos de tres familias, una de ellas con dos menores, otra con otro, y la tercera, una mujer que supuestamente vivía sola.

Cabe recordar también que desde el Ayuntamiento se está elaborando un protocolo anti-desahucios para evitar este tipo de situaciones y para agilizar la ayuda municipal a aquellas personas que se ven sin un techo bajo el que vivir.