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Miércoles 27/11/2024
 

Cádiz

Los chiringuitos de Cádiz venden menos marisco y más papas aliñás

Los hosteleros gaditanos afirman que la crisis ha modificado los hábitos de la clientela, que se decantó este verano por productos más baratos. La caída de las ventas respecto a los meses estivales de 2011 se estima entre un 10 y un 15%.

  • El chiringuito Malibú de la playa Victoria. -

A escasos días de que finalice la temporada de playas y una vez entrado el otoño, es el momento de hacer un balance de lo que ha sido la época estival en los chiringuitos gaditanos. Algunos de ellos ya han cerrado sus puertas, otros están a punto de hacerlo y unos pocos van a aguantar abiertos al público mientras el tiempo acompañe.

Tras un verano en el que la palabra crisis ha sonado como si de la canción del verano se tratase, los hosteleros de a pie de playa coinciden en la dificultad de mantener las ventas de años anteriores, con alguna excepción. Las caídas en ventas parecen la tónica generalizada. Algún hostelero no cuantifica la bajada de los ingresos, pero otros se atreven a estimar el detrimento en el 10, el 15% o incluso, para eventos puntuales, en el 50% respecto a la temporada anterior.

El hostelero Raúl Cueto, propietario de los chiringuitos Nahu Beach y de Bebo los Vientos expone que “julio fue un mes muy flojito, agosto ha sido muy bueno climatológicamente hablando y con mucha afluencia de clientes, pero en septiembre se ha notado un gran bajón respecto a otros años”.

El chiringuito Pikacho, regentado por Iván Periano, cerró sus puertas el pasado domingo 16 de septiembre, tras “una temporada regular en la que se ha notado mucho la crisis en el consumo, no así en el número de clientes”. Es decir, un mismo número de clientes que consumen menos que en anteriores temporadas. Así, Periano estima la bajada de ventas en torno al 10% en comparación con 2011, “también la crisis ha modificado los hábitos del consumidor, ya que si antes se pedían más marisco o productos caros, ahora se demanda más ensaladillas y papas aliñás”, recalca.

“La crisis se ha notado sobre todo entre semana”, afirma Daniel Leal, del chiringuito María María, quien estima que la caída de ventas este año ha sido del 15 por ciento. “Lo fuerte ha sido del 15 de julio al último fin de semana de agosto. Luego se ha notado mucho la bajada. Ha habido que trabajar más, invertir en publicidad o en espectáculos que atrajesen al público para poder hacer cajas decentes”, afirma Leal.

Reynold Pierre Louis, gerente del chiringuito Malibú, es más tajante que sus compañeros de arena. “Este año se ha notado mucho la crisis en que se ha pedido más cerveza en vez de vino o combinados. Como ejemplo está el fin de semana del Festival Aéreo, en el que las ventas han caído alrededor de un 50% respecto al año anterior”. Pero Reynold, empresario de dilatada experiencia, ha sabido sobreponerse a la escasa intención del público de gastar dinero “con unos menús más económicos y adaptados a la época de crisis”. Es más, este hostelero confía en el buen tiempo e intentará estar de puertas abiertas al mar y a la clientela hasta que el clima invernal anule las ganas de bajar a la playa. “Haré unas obras de adaptación para que aunque el tiempo no sea veraniego, la gente esté a gusto en el Malibú”, concluye.

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