Así consta en el sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en relación a un supuesto desvío de fondos a través de un entramado de empresas vinculadas a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), cuyo secreto ha sido levantado por el juez, que acusa a Neri de idear la trama.
En su declaración ante el juez, que tuvo lugar el pasado 4 de julio, Neri relató que cobraba 40.000 euros brutos anuales como director de gestión de la información de la SGAE, otros 40.000 euros “como nómina” de la SDAE y 140.000 por las facturaciones de la empresa instrumental Hipotálamo.
“Esos son mis emolumentos, que cobro desde hace muchos años. Y en los últimos años además no ha habido ningún movimiento en la percepción. O sea, no ha habido aumento del salario ¿eh?” dice Neri.
Después de que el magistrado le señale que, según las conversaciones telefónicas intervenidas, su sueldo bruto era de 313.000 euros al año en lugar de los 220.000 que suman los tres salarios anteriores, el imputado reconoce esos emolumentos y aclara que esta última cantidad era un neto, no un bruto.
El magistrado le inquiere también por la forma en que percibía los 140.000 euros, mediante facturas giradas por Hipotálamo por servicios que prestaba él mismo cuando era el único administrador y socio. Y el juez le pregunta si no le parecían a él o al ex presidente del Consejo de la SGAE, Eduardo Bautista, prácticas fraudulentas.
“No, ¿fraudulenta?. Para nada”, responde Neri, que reconoce que los servicios facturados por Hipotálamo correspondían a su trabajo en la sociedad general: “Al mismo trabajo. Es que yo... por cuarenta mil euros en la Sociedad Digital no trabajo. Yo no trabajo por eso”.
En su declaración ante el juez Ruz, el imputado dice no recordar que poseía una tarjeta de crédito de Microgénesis, sociedad considerada por el juez la “cúspide” del entramado empresarial creado para el desvío de fondos, a la que se cargaron importes de más de 40.000 euros en tan solo doce meses.
Respecto a los emolumentos recibidos por Neri, Bautista aseguró en su declaración ante la Guardia Civil que desconocía por completo que estuviese cobrando un sueldo de la SDAE y que, además, una sociedad suya facturase a esta sociedad.
Neri abandonó la prisión de Soto del Real (Madrid) el pasado 3 de agosto tras presentar un aval hipotecario.