El XXIV Salón Internacional de Gourmets, que inauguró ayer la Princesa de Asturias, reúne en Madrid hasta el jueves las principales novedades culinarias de toda Europa, con Irlanda como país invitado en esta edición, y una decidida apuesta por el vino y por la "educación de los sentidos".

Acompañada por la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y el presidente del grupo Gourmets, Francisco López Canís, Doña Letizia ha recorrido parte de los 24.000 metros cuadrados de expositores que se extienden en tres pabellones de Ifema, con especial atención al Taller de los Sentidos, que ofrece actividades infantiles sobre el pan, el aceite o el pescado.

La Princesa de Asturias se ha sentado entre los niños en la zona de pescadería, donde un profesional ha explicado cómo se limpia y trocea un boquerón, y ha visitado también la Plaza del Pescado y expositores dedicados al aceite, una firma de verduras de Navarra y otra de vinos.

Además ha conocido el expositor de Irlanda, acompañada por el embajador de este país, Justin Harman, así como la zona de la compañía cervecera Mahou y el XVII Concurso de Cortadores de Jamón-Dehesa de Extremadura.

Más de 1.300 expositores muestran hasta el jueves en este Salón de Gourmets sus novedades a unos 80.000 profesionales del sector de la gastronomía y la restauración, aunque también están presentes de forma institucional diferentes países, como Francia o Irlanda, y las autonomías y provincias españolas, que promocionan su materia prima.

Esta cita es una de las principales ferias europeas de productos delicatessen y a ella acuden invitados compradores de los cinco continentes con un potencial de compra global superior a 500 millones de euros, según datos facilitados por la organización.

Para facilitar las relaciones comerciales y promover los contactos entre expositores y compradores se ha puesto en funcionamiento como en ediciones anteriores el Punto de Encuentro de Negocios, respaldado por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y alejado del bullicio del salón.

Patés, conservas vegetales y de pescado de alta calidad, chocolates, embutidos, la más intrincada pastelería, bebidas exóticas e incluso un brebaje "anti-resaca" que promete minimizar los efectos de los excesos compiten ya en los tres pabellones en los que se extiende el salón.