Los intensivistas tienen claro que la alerta sanitaria contra la gripe A ha permitido salvar a tres de cada cuatro pacientes graves que, a causa de este nuevo virus, han pasado por las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) de España.

Esto es lo que sostiene el presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), Cristóbal León, quien hizo ayer balance de los datos reportados por 144 hospitales españoles en los que, desde junio, fueron atendidos 872 pacientes graves a causa del H1N1.

Los profesionales de las UCIs no comparten las críticas a la actuación de las autoridades sanitarias contra la infección, vertidas desde muchos ámbitos, porque la pandemia ha sido “grave” y comprometió la vida de “muchos pacientes jóvenes”.

“Quienes hemos asistido y firmado el certificado de defunción de pacientes jóvenes, embarazadas y niños fallecidos por la gripe A no podemos comprender las críticas de aquellos teóricos que sólo se basan en números estadísticos para valorar el impacto de esta pandemia”, aseguró el responsable de Semicyuc.

Los expertos recuerdan que gracias al Plan de Contingencia desarrollado con el Ministerio de Sanidad desde el mes de septiembre, España ha logrado una tasa de supervivencia en los casos graves de la gripe A del 75%, una cifra sensiblemente superior al 58% de Latinoamérica.

León explicó que el dato es coherente con el tiempo medio desde que surgen los primeros síntomas hasta el ingreso hospitalario –tres días en España, frente a seis en Latinoamérica– y la demora en el inicio de antivirales –cuatro días frente a ocho, respectivamente–.

Jordi Rello, jefe del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Joan XXIII de Tarragona y coordinador del Registro Europeo de casos graves, dijo que el nuevo virus ha llevado a situaciones desconocidas hasta el momento, como que “una de cada cinco camas” de las UCIs estuvieran ocupadas por uno de estos enfermos en los meses de octubre y noviembre.

La novedad ha sido, sobretodo, la afectación directa sobre el pulmón en personas jóvenes que estaban completamente sanas, en forma de neumonía muy grave.

Del balance se desprende que uno de cada tres ingresos en UCIs por el virus era un joven sin factor de riesgo o una persona con sobrepeso, y uno de cada diecisiete una mujer embarazada, quienes, tras dos o cuatro días con fiebre, sufrían un empeoramiento drástico de la dolencia.

Rello insistió en que gracias a la preparación de estas unidades, provistas de antivirales y de un mayor número de instrumentos de ventilación mecánica, se ha podido salvar la vida de unos 4.000 pacientes jóvenes, al tiempo que alabó los beneficios de la estrategia de vacunación.