Insomnes

Publicado: 18/12/2024
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente y verso suelto

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

VISITAR BLOG
Vamos en contra de la reparación física y mental que nuestro organismo necesita.
El insomnio ha existido siempre, el emperador Calígula, se paseaba de madrugada por su palacio llamando a la luz del día. Pero no empezó a extenderse entre la población como una mancha de aceite, hasta la Revolución Industrial. De entonces hasta ahora no ha parado de crecer.

Hay quien tiene un insomnio tranquilo, no se levanta, se queda leyendo un libro o escuchando la radio. Otros activos, no paran de deambular por la casa, al estilo Calígula. Los hay también de insomnio creativo, escriben, pinta, realizan diferentes actividades. Lo que no puede dudarse es que altera la vida de los y las que lo parecen, produciéndoles un profundo cansancio.

Hay quienes han deseado que se suprima la necesidad de dormir. Robert Boyle, el científico barroco, tenía su propia desiderata, conjunto de cosas que se desean, entre ellos diferentes inventos como el de un barco que pudiera navegar sin depender del viento. Además, diferentes medicamentos cuyos efectos fueran magnificar la imaginación, paliar el dolor o suprimir la necesidad de dormir. Eso lo escribió en la segunda mitad del XVII, ya desde entonces el estado de vigilia era más valorado que el reparador sueño nocturno.

¿Desean los insomnes que se suprima la necesidad de dormir? Por el tipo de vida que llevamos podríamos deducir que sí. Cada vez llenamos la vida de más actividades y los niveles de cortisol que necesitamos producir para llevar ese ritmo recorren nuestro caudal sanguíneo impidiéndonos la relajación y el sueño.

¿Sería deseable un mundo de eterna vigilia? Hacía él parece que vamos encaminados, sólo hace falta lo que dijo Boyle, la aparición de la píldora que suprima esta necesidad inmanente al ser humano.

O por el contrario los insomnes lo que desean es dormir aunque se hayan metido en tantas situaciones de estrés que luego lo hagan prácticamente imposible. Por ejemplo, un futbolista después de un partido.

El extremo de esta existencia contradictoria y enfermiza llevó a la mítica Judith Garland, y sus pastillas para dormir y pastillas para levantarse, directo al éxito y a la autodestrucción. Es una senda que después de ella muchos más transitaron y transitan.

Vamos en contra de la reparación física y mental que nuestro organismo necesita.

© Copyright 2024 Andalucía Información