“En este libro la mujer es tierra natal, abrazo de mi memoria”

Publicado: 26/10/2018
‘Volver por las aceras sin memoria’ es el título del nuevo poemario de Pepa Caro
Si una publicación literaria es una buena noticia, estos días estamos de enhorabuena, la poesía está de enhorabuena. Pepa Caro, la poetisa que despuntó en los ochenta como heredera directa del grupo ‘Alcaraván’ y miembro del extinto ‘Calima’, regresa con un poemario que bendice con el nombre de ‘Volver por las aceras sin memoria’ (Ed. ‘Adeshoras’, 2018), un título que suena a sus calles de la lluvia de siempre, al poético regreso a no se sabe dónde y a la frágil memoria...

Volver a la poesía era en tu caso una necesidad…
–A veces un cielo muy cargado no se despeja sin tormenta y la poesía cuando viene, es así, una tormenta de ideas e imágenes que formaron parte de mi experiencia. Yo escribo prosa a diario y espero a la poesía para cuando quiera venir, siempre es bienvenida, sobre todo el momento en que un verso que vuela con tu imaginación baja al mundo terrenal mediante la fijación gráfica como diría Stefan Zweig. En este libro la mujer es tierra natal, abrazo de mi memoria.

El título del libro derrama nostalgia, como si las calles y sus aceras fueran el escenario natural del paso de la vida… Algo parecido denotamos con ‘Las calles de la lluvia’.
–Cuando concebí este libro, pensé en cuantas mujeres siendo yo una niña, se cruzaron en mi vida, eran mujeres valientes, sufridas, curiosas, otras eran silenciosas o alborotadoras…; en fin, mujeres que poblaron mi barrio, que pasaron una y mil veces por aquellas aceras y ya nada quedaba de ellas, solo olvido, eran como el coronel de García Márquez que “no tiene quién le escriba” y por esas curiosas coincidencias, buscando un poema en un libro del poeta  Manuel Alcántara, me tropecé con un verso que encerraba la definición perfecta de mi libro y volví a esas aceras sin memoria para rescatar a unas cuantas de tantas mujeres. Entre ellas, tres amigas que nos dejaron antes de tiempo.

¿En qué ha evolucionado tu poesía desde tu último trabajo, si es que un poeta está en constante evolución y no es un mero observador de las cosas?
–Este libro tiene poemas largos y más narrativos quizás porque así lo requiere la temática. El poeta, el escritor no es nunca un mero observador, siente lo intangible y sobre todo como dice el poeta J.M. Caballero Bonald: “La memoria es para mí el factor desencadenante de la escritura. Yo escribo a partir de la memoria” y yo comparto esa definición totalmente.

El próximo día 9 de noviembre se presenta el libro en el teatro Olivares Veas, ¿qué nos contarás de la obra ante un público amigo, familiar y fiel?
–En primer lugar, debo expresar mi agradecimiento por el prólogo de Antonio Hernández, por las ilustraciones de Marta Campos que ha sabido interpretar mis poemas e ilustrarlos con mucha sensibilidad y, cómo no, agradecer a Susana Noeda, mi editora, todas sus atenciones y su interés. Espero que estas mujeres vivan a través del libro en la memoria de Arcos.

Antonio Hernández se ha encargado del prólogo. ¿Se fraguó esta colaboración en vuestro encuentro de este verano en Puerto Real?
–En Puerto Real, en Río San Pedro, donde el poeta y viejo amigo Antonio tiene su Atalaya maravillosa frente a la bahía. Solemos encontrarnos en verano, sobre todo porque Antonio Hernández, aunque gran parte de su vida transcurre entre Madrid y sus compromisos literarios, necesita el sur para escribir, para descansar y para volver a su pueblo, tantas veces añorado en sus poemas. Cuando coincidimos este verano fue para que Antonio me entregara el prólogo que ya tenía hecho. De él he aprendido mucho a lo largo de tantos años de amistad.


Háblanos de las ilustraciones…
–Susana, la editora, pensó que al libro le irían bien unas ilustraciones y reparó en Marta Campos, licenciada en Bellas Artes y residente en Córdoba, que ha ilustrado diversas publicaciones de ámbito nacional, algunas de ellas para la editorial ‘Adeshoras’.Marta es especialista en fundición artística en bronce y ha realizado numerosas exposiciones de escultura y dibujo. Está vinculada al mundo del retrato y, como podrán comprobar los lectores de mi libro, las ilustraciones son magníficas.

¿Seguirás combinando prosa y poesía en proyectos futuros, incluso estudios de Historia, o te sigues sintiendo poeta por encima de todo?
–Me encantaría seguir escribiendo poesía, de hecho, estoy acabando un libro de poesía infantil que me ha inspirado mi gata Miguela, pero seguiré con la prosa y con la prosa poética donde me siento cómoda. Tengo escrita una novela histórica que saldrá el próximo otoño en ‘Ediciones en Huida’ y estoy tomándome mi tiempo para escribir fragmentos, evocaciones de mi infancia, de lo ya ido...; son como unas memorias fieles al paisaje de ésta tierra, a mis pasos por la escuela, el cine, el barranco de San Miguel, las amigas, y luego mis vecinos, el panadero, la mercería, las aldabas de las puertas, las iglesias, el Paseo Duque de Almodóvar, la familia, la casa de mi abuela, mis perros, mis padres, el retrato de mi madre, las historias familiares… y todo ello en prosa poética. Pero solo la infancia, pues no estoy preparada para contar otros recuerdos más cercanos en el tiempo.

Gracias y suerte con tu nuevo libro.

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