El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Arcos insiste en que la gestión económica del Ayuntamiento es “un desastre” por las presumibles nuevas deudas con proveedores, el impago de los intereses generados por los préstamos bancarios, las deudas con la Seguridad Social, por el IRPF y otros conceptos, según explica el secretario General y candidato del partido, Isidoro Gambín.
El mismo asegura que, “para colmo”, los ciudadanos soportan el elevado coste del suministro de agua como consecuencia del acuerdo con la empresa Aqualia que privatizó el servicio, y alerta de que ocurrirá lo propio una vez entre en servicio la empresa privada de la basura. Gambín teme que este último servicio pasará a costar un millón de euros más a las arcas públicas, del 1,4 actual con la empresa municipal a 2,4 con la empresa privada. A este respecto, se cuestionó “de dónde sacará el dinero el Ayuntamiento”.
Asimismo, criticó lo que considera una política “de despilfarro” con una serie de obras nuevas que se han tenido que reformar por su presunta mala ejecución, en las calles Corredera, Molino y la rotonda de la calle Camino de Bornos.
Las propuestas
Ya centrado en su programa electoral, señaló que el PSOE no subirá los impuestos y que será “consecuente” con la realidad social. Su compañera candidata a dirigir la Delegación de Hacienda y Personal, María José González Peña, anunció medidas económicas que abarcan desde la renegociación de la deuda con el Estado y bancos hasta el pago a proveedores y la mejora, si cabe, del sistema de compras y consumo municipal, pasando por la contención del gasto público que evite que, como hasta ahora, algo más de la mitad del Presupuesto municipal se destine exclusivamente al pago de la administración local. González Peña sostiene que la situación financiera del Ayuntamiento está afectando a las ayudas que podría recibir la ciudad de otras administraciones. También anunció medidas como la creación de una bolsa de empleo que funcione con “transparencia” y bajo los criterios del SAE a fin de eliminar “el enchufismo”, y una auditoría interna que arroje luz a la hacienda pública, según la número cinco de la candidatura socialista.