La polémica que se gestó el pasado fin de semana con los comentarios en redes sociales del líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, contra la sentencia de La Manada dio este miércoles un triple e inesperado giro. Primero, el parlamentario se cogió (sin avisar a los suyos) una baja de al menos un mes y, segundo, culpó a “un nuevo colaborador” de alterar el texto que se colgó en sus redes sociales. Tercero, y como consecuencia de todo lo anterior, el partido cargó con dureza contra Serrano, al que acusó de “irresponsabilidad” y “rebeldía”, además de amenazarle con medidas disciplinarias.
La tensión entre el partido en Andalucía y el que fue su candidato a la Junta hace seis meses es tal que está por ver cómo se resuelve, si es que llega a hacerlo. Después de que a primera hora desde Madrid se dieran por buenas sus explicaciones, Francisco Serrano se enrocó y reiteró sus críticas a la sentencia, lo que desbordó el vaso de la paciencia de una formación ultraconservadora que no tuvo el menor reparo en ponerle un altavoz a su nueva desautorización a su jefe de filas andaluz.
El portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, no se anduvo por las ramas. “Si desafortunadas han sido las publicaciones precedentes, el escrito que ha hecho público este miércoles lo es más todavía”, a lo que añadía que “no nos satisface ni mucho menos” su versión.
Y sobre todo, lo que no ha gustado lo más mínimo es que se reafirme en criticar la sentencia del Tribunal Supremo, “esa actuación reiterativa no puede entenderse sino como un desafío” porque la postura oficial del partido es el respeto a las resoluciones judiciales, “nos gusten más o menos”. “Si persiste en esa actitud, es probable que desde el Comité Ejecutivo Nacional se tenga que adoptar algún tipo de medida”, apostilló Hernández sin entrar en más detalles.
“Muy preocupados”
Asimismo, le reprochó especialmente a Serrano su argumento de que fue un colaborador el que manejó sus redes sociales. A su juicio, lo dejó “en manos de un inconsciente, lo que es algo que denota una grave irresponsabilidad” y, además, “contraviene la normativa interna del partido” sobre cómo manejarse en Twitter y Facebook, lo que, subrayó, les ha dejado “muy preocupados”.
Esta es la segunda desautorización pública que Vox hace de Serrano, después de que el sábado ya le reprochase unos comentarios a los que calificó de opinión personal. Tras un amago de dar por zanjada la cuestión, la presión por parte del partido se disparó por la tarde con esta nueva andanada de críticas.
En su mensaje de ayer, el líder andaluz de Vox aseguró que se limitó a hacer un “análisis objetivo y jurídicamente riguroso” de la sentencia, en el que se reafirma. Ese texto lo colgó en Twitter y le pidió a un “nuevo colaborador” que hiciera lo propio en Facebook, lo que “derivó en una publicación completamente ajena a mí y manifiestamente incorrecta en las formas”, además de “una vergonzosa apología de la prostitución y otras gruesas expresiones”.
La tormenta desatada le ha llevado a coger una baja médica de al menos 30 días para recuperarse anímicamente junto a su familia, “que ha vuelto a sufrir las consecuencias del linchamiento en prensa y redes sociales”. Asimismo, anunciaba en su mensaje en Facebook que “en unos días quedará esta página completamente desactivada hasta nuevo aviso”, incorporando además un texto del colaborador en el que éste admite que cometió “un error gravísimo”.
Este mensaje, en el que pueden verse los datos de la persona en cuestión, lo ha hecho público “por expreso deseo” de esta persona y bajo su autorización”. En él, se declara colaborador “en ocasiones como editor en otras páginas de Vox en Facebook” y, además de pedir perdón a Serrano, asegura que también está de baja médica, “pero aquí estoy para dar la cara”. El líder andaluz de Vox asume la responsabilidad de no controlar la publicación, “en un día en el que estaba de descanso, al igual que mi colaborador de confianza”.