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En román paladino

Casado contra el comunismo

Ahora esa Constitución es de todos, pero está siendo utilizada como arma de exclusión por parte de los que más obstáculos y reparos pusieron a su aprobación

Publicado: 15/01/2019 ·
09:07
· Actualizado: 15/01/2019 · 09:07
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Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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No se sabe dónde ha visto el peligro del comunismo Pablo Casado en los actuales momentos de España. En todas aquellas intervenciones donde está haciendo la presentación de candidatos a las diferentes elecciones anda diciendo que su partido tiene que posicionarse en las elecciones municipales y autonómicas contra el comunismo. ¿Contra el de China y Corea del Norte? ¿Contra Vietnam o Cuba?  No van los tiros por ahí. Todo cambió con la caída del Muro de Berlín. No.  Contra el comunismo de los candidatos del social-comunismo, que deben ser los socialistas y los de Izquierda Unida y Podemos.

Cuando en el Senado se discutió y votó la condena del franquismo y su represión  Casado dio orden a su partido para que pusiera unas enmiendas para poder votar a favor. Había que llevar a cabo "la prohibición de cualquier Fundación o Asociación que exalte o glorifique el Comunismo y todas aquellas ideologías populistas que fomentan el enfrentamiento entre ciudadanos". En consecuencia, al no ser aceptada,  el PP se abstuvo. La otra condición es directamente provocadora, por lo que significa de apropiación indebida: "Seguir protegiendo los valores fundamentales de nuestra democracia recogidos en nuestra Constitución española de 1978".

Pablo Casado (1981) no había nacido cuando el Partido Comunista de España fue legalizado siendo presidente Adolfo Suarez (1977), lo que provocó una crisis militar, pero sirvió para que hubiera elecciones libres en España tras 40 años y para que, más tarde,  un comunista catalán Jordi Solé Tura – más tarde ministro de Cultura con Felipe González- estuviera en la ponencia constitucional como Padre de la Constitución. El papel de los comunistas y de Carrillo en la Transición ha sido más que estudiado por Santos Juliá y otros muchos y para todos Carrillo  colaboró como el que más en la normalización democrática e hizo una sincera  campaña a favor de la Constitución de 1978. Ahora esa Constitución es de todos, pero está siendo utilizada como arma de exclusión por parte de los que más obstáculos y reparos pusieron a su aprobación. Se enarbola para solicitar ilegalizaciones de partidos que piensan distinto, para demonizar, como hace años le daba rendimientos a Franco  en la posguerra y la  Guerra Fría, a los rojos, como subversivos peligrosos.  En pleno revival, en el retroceso,  en la marcha atrás  que procuran algunos, es bueno dejar claro que no se merece este país volver a aquellos tiempos.

 

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