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Miércoles 20/11/2024
 
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20 N

Si no fuera por el empeño de algunas personas, que en su legítimo derecho, en que nadie olvide, esta fecha pasaría desapercibida para muchas personas...

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Si no fuera por el empeño de algunas personas, que en su legítimo derecho, en que nadie olvide, esta fecha pasaría desapercibida para muchas personas. Para algunos incluso no sólo no les dice nada, sino que no tienen ni idea de a qué se refiere. Bueno es recordar la historia, y por supuesto, tampoco es bueno olvidar nuestro pasado. Del mismo modo, todos tenemos derecho a recordar, a pedir que la memoria histórica sea recuperada, pero por supuesto, el único elemento capaz de poner las cosas en su sitio; de ubicar a cada cual en su lugar, y de juzgar a los muertos, es el tiempo.

El tiempo ha pasado, y si recordamos las fosas, ha pasado muchísimo más tiempo, no el suficiente para que olvidemos, pero sí el suficiente, como para desde una perspectiva más amplia, ajenos muchos a los conflictos personales –que como es natural marcan toda contienda entre hermanos– e imbuidos de un simbolismo que ya a nadie dice nada, juzguemos por nosotros mismos qué ocurrió. En concreto, haciendo un emotivo recordatorio de la memoria histórica, cuántos no lloraron la muerte del general. Documentos gráficos, testigos aún vivos, y muchos datos, nos muestran no sólo las muestras de afecto que demostraron miles de españoles a su paso por la capilla ardiente –fomentados por el miedo… por el amor… por el respeto…–, pero la realidad, es que fueron no pocos los que lloraron su muerte, los mismos que hoy o nada dicen, por vergüenza, o lo dicen todo, colgándose medallas de un antifascismo que nunca existió, héroes de opereta o de barra de bar, que es más propio de estos lares.

Toda una generación, estudió, comió y se crió bajo la tutela de un régimen que no estamos capacitados de juzgar con la perspectiva del año 2008. Toda una generación acogió una reconciliación que hoy, a algunos les parece un error, olvidando que en aquellos momentos nadie tenía ganas de seguir luchando. Toda una generación incluso dio sentido a su vida luchando por unos ideales en contra de un régimen que podría resultarles anacrónico. En definitiva, hoy, 20 de noviembre de 2008, algunos olvidan que ese día murió una parte de España dando paso a lo que hoy es España… la pregunta sería… ¿sería hoy España lo que es sin haber pasado por lo que pasó? Solamente la historia juzga a los audaces, a los tiranos, a los dictadores, a los que dieron su vida por un ideal. Hoy, 20 de noviembre, al menos yo, no soy capaz de juzgar quién actuó bien, si la República, la Monarquía o el general Franco. Nadie lleva nunca toda la razón, y los acontecimientos son lo que son porque ya ocurrieron. Quién está del todo en la plena certeza. Incendios de iglesias, obreros armados, generales golpistas… años 30, cómo podemos hoy alarmarnos de algo que en aquellos años era normal…20 N, una fecha olvidada, que algunos se empeñan en que sigamos recordando, pero espero, que pasados los años, sin rencor, sino con todo el cariño que para cada cual merece el papel que cada quien jugó en nuestra Historia.

garciaromeu@icadiz.net

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