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El jardín de Bomarzo

Cae fina la lluvia

Los sondeos de intención de voto vienen a ser como la captura del instante de una calle transitada donde a unos coge en estado de gracia y a otros con fea mueca

Publicado: 02/03/2018 ·
12:08
· Actualizado: 02/03/2018 · 12:08
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  • El jardín de Bomarzo.
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Bomarzo

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El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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Los sondeos de intención de voto vienen a ser como la captura del instante de una calle transitada donde a unos coge en estado de gracia y sonrientes y a otros con fea mueca, pero un momento después la vida continúa y el escenario cambia porque la luz es otra, amenaza lluvia, las personas son distintas o algún elemento invasor y externo irrumpe de manera inesperada para alterarlo todo. Los sondeos reflejan la tendencia de pensamiento de un colectivo, por eso son más del gusto de los políticos que de los colectivos y, de hecho, muy necesarios para los primeros de cara a enfocar la caza de los segundos. En este sentido, cabe cuestionarse qué ha cambiado en este país, en esta región, en esta provincia en solo unos meses en el Partido Popular porque hay que recordar que tras la aplicación del 155 en Cataluña y la avalancha de banderas nacionales por los balcones del país todos temían que Rajoy adelantara comicios porque el PP vivía su momento más dulce, pero desde que los catalanes votaron se ha disparado la fuga de votos hacia Ciudadanos atraídos por la dulce sonrisa de un cebo electoral llamado Inés Arrimadas. El PP anda grogui cual boxeador trastabillado de gancho por sorpresa y mojado por esta borrasca que el azul intenso de hace poco lo ha vuelto gris y tenebroso.

El Partido Popular volvería a junio de 1990 ya que en Andalucía obtendría el 22 por ciento de los votos -los mismos que en aquellas elecciones- y prácticamente idénticos escaños al asignarle 25 frente a los 26 obtenidos en 1990. Con estos resultados, quedaría en la mitad que en 2012 -50- cuando Javier Arenas consiguió, por primera vez, superar a un PSOE liderado entonces por Griñán. La mejor lectura que puede hacer el PP es que es el partido con un reparto de votantes por grupos de edad que más se parece a la división inter generacional real del electorado. Por tanto, no depende tanto de ese factor electoral como le ocurre al PSOE. Tiene, igualmente, un electorado mejor distribuido que el PSOE entre todos los perfiles educativos y socio laborales, pero en lo demás el PP sufre un desgaste similar al que padeció el PSOE y que le ha llevado a ir perdiendo votos elección tras elección.

Tanto en Andalucía como en Madrid cuestionan, cada día más, el liderazgo de Juan Manuel Moreno, que recientemente advirtió, torpemente opinan dentro, que no aspiraría más de ocho años a presidir la Junta porque el mensaje que trasladó fue de completa derrota. Ese mismo que mastica el PP dentro; huérfanos porque aunque la tendencia en su caída es nacional, el aporte en Andalucía ayuda poco y con casi nada Ciudadanos se les ha instalado en el cogote. Claro que lo razonable es concluir que llegado el momento urnas el PP mejorará sus índices actuales y Ciudadanos los empeorará, de hecho la fortaleza de la marca, la maquinaria final puesta en movimiento y la pelea que se avecina juegan más a favor del gaviota team, pero es mucho lo que tiene que remontar porque se ha instalado muy abajo y el camino no es fácil y menos transitarlo en un estado de shock como el actual. 

Prácticamente la mitad de los votantes de Ciudadanos se encuadra entre los 25 y 45 años de edad. Comparte con Podemos tanto el mayor porcentaje de hombres entre sus votantes, que en el caso de Cs es de nueve puntos superior al de mujeres -13 en el caso de Podemos-, como el hecho de ser los dos partidos con el grupo de electores más joven. El 50% de los votantes de Cs tiene menos de 45 años, porcentaje que sube hasta el 60% en el caso de Podemos. A diferencia del PSOE, Cs continúa teniendo un déficit territorial de representación, con una presencia casi raquítica en buena parte de las comarcas no urbanas. Los principales problemas señalados en Andalucía señalan que parte del marco diseñado por los populares ha calado entre los votantes. De hecho, la sanidad se alza al primer problema tras el desempleo para uno de cada cuatro votantes. La corrupción lo es para uno de cada cinco, proporción que entre los votantes de Podemos sube a casi uno de cada tres. 

Por su parte, Podemos pierde un importante porcentaje de apoyos, pero su nueva coyuntura electoral le ayuda a ocultar gran parte de ese desgaste ya que se presenta en coalición con un partido, débil electoralmente, pero consistente y sólido en determinados territorios y municipios como es Izquierda Unida. La suma de ambos electorados beneficia a la coalición por la aplicación de la ley d´Hont ya que se garantiza hasta uno o dos escaños en algunas provincias. Por tanto, la matemática electoral beneficia claramente a la coalición de Unidos Podemos y quizás sea esta la principal razón por la que ambos partidos han tomado esta decisión. En cualquier caso, ni su candidata que alcanza valoraciones muy negativas en algunas provincias como Almería o Jaén ni la altísima tasa de rechazo que despierta Podemos individualmente invitan a pensar positivamente en clave electoral para la coalición. Su techo electoral y su nivel de rechazo se sitúa en niveles propios de partidos de gobierno que han sufrido crisis económicas o sociales de gran calado. 

Por lo demás, el PP debe cerrar sus candidaturas en la provincia de Cádiz a principios de marzo y lo hará en la idea de renovarse lo más que pueda para mostrarse más joven, dinámico, adaptado a la estética que ofrecen otras formaciones. La gran incógnita es la decisión sobre Teófila Martínez en Cádiz, a quien algunos quieren jubilar, otros mantener, las encuestas no despejan dudas y la realidad dice que no hay relevo mejor porque el más posible es Bruno García y éste anda desconectado de todo por su actividad profesional en Jerez, donde Pelayo hizo lo esperado y pasó palabra hacia Saldaña. Éste acepta el reto por imposición, bien es cierto que con ilusión porque su carácter combativo no desecha una pelea que le seduce y pone pero, cierto es, su horizonte deseado era otro, más parlamentario, más presidencia de la Diputación -de ponerse a tiro, que esa es otra...-. Sanlúcar también renovará y Ana Mestre ha hecho cuentas y mejor lo deja, Carmela, en manos tal vez de Faustino Lozano, mientras que en El Puerto Germán Beardo ha maniobrado con sutil destreza sorteando obstáculos hasta lograr lo que quería y quería ser candidato vía Irlanda. Chiclana para Andrés Núñez, San Fernando sondeará el último intento de Loaiza antes de que éste, quizás, emprenda destino Senado; Juan Pablo Arriaga es lo más factible para La Línea, Marina García lo será en San Roque y David Gil en Los Barrios. De todos, Landaluce en Algeciras es el único de entrada que garantiza victoria; de hecho, él y el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, parecen las únicas mayorías absolutas posibles del PP en Andalucía.

Cuando la borrasca arrecia percibes la falta de adaptación del individuo del sur, más hecho a sol y brisa que a viento y lluvia. Pero el agua cuando cae fina es buena porque empapa y limpia, rellena, abastece y hace crecer a todo lo nuevo que tras ella solo espera unos buenos rayos de sol para mostrarse frondoso y fuerte cuando la primavera por fin se nos haga presente. Es el motor que lo renueva todo. La naturaleza es sabia y sabe regularse sola.

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