La ceguera, una de las muchas enfermedades que se manifiestan en todo ser viviente, aunque en el caso que nos ocupa nos referimos a la “ceguera humana”, en el más amplio y consciente aspecto, desde la persona que no ve, por diferentes motivos que le llevan a padecer esta enfermedad, como esa gran parte de personas que pueblan el planeta, que no cuentan con ningún padecimiento visual pero sí se hallan inmersos en esa otra ceguera humana colectiva o individual que arrastra a comportamientos dolorosos, traumatizantes, inhumanos, propiciando actos delictivos fuera de todo contexto y creando un impacto negativo en la sociedad y su conjunto.
Y todo viene a cuento de la gran tensión mundial que se esta viviendo en estos momentos en nuestro planeta, con la aparición del líder norcoreano Kim Jong-un, con su afanes de poder, amenazas y consiguientes pruebas nucleares que, de alguna manera, tiene en estos momentos al mundo en vilo.
Este personaje hoy, por más desgracia que suerte, ocupa todas las portadas de los rotativos y cadenas televisivas. Es la otra ceguera humana, la que no es consecuente con la realidad de hasta dónde puede llegar el ser humano cuando se deja llevar por su irracionalidad.
Siempre hemos tenido en cuenta que mirar para atrás no es quedarse como una estatua de sal, quien piense de esta manera está totalmente equivocado. La historia, el pasado, sus lecturas, atinadas y desatinadas, siempre se convierten en el espejo donde el ser humano se debe mirar pero no de soslayo.
Hoy el tal Kim Jong-un y sus cercanos están provocando una tensión de un grado altísimo a nivel mundial, poniendo en peligro el orden establecido que se tambalea con sus alardes de algo tan añejo como es el imperialismo. De tal manera que una gran parte de países civilizados ya se halla alerta, de manera especial EEUU, que es el que directamente está recibiendo las amenazas del mandatario norcoreano, pero también Reino Unido, Alemania, Francia, etc., por citar algunos países que adoptan sus posturas ante el tono belicista de Piongyang.
La última prueba realizada por el coreano, con el lanzamiento de un misil con una bomba de hidrógeno, supera muy en mucho a la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, y tras la misma, EEUU, como respuesta, manda a Piongyang otro “paquete” armamentístico para ponerle cerco total bélico a la península coreana. En ese tira y afloja, el mandatario coreano, según fuentes cercanas a su “ceguera humana”, amenaza a EEUU con el lanzamiento de un misil intercontinental portando una bomba de hidrógeno al país norteamericano. Con la facilidad que vemos la luz, quien la goza y ve, cada mañana.