El PSOE tiene marcado en rojo en el calendario las fechas del 17 y 18 de junio para congregar a los suyos en torno al ansiado Congreso Ordinario que oficialice el relevo en su cúpula. De momento es lo único claro a día de hoy, porque no hay fecha oficial para el Comité Federal (se supone que el 1 de abril) que debe convocar las primarias, ni candidatos porque los dos que ya han anunciado que concurrirán (Patxi López y Pedro Sánchez) y la que se sumará este domingo (Susana Díaz) son aún preaspirantes.
Lo que sí existe ya es un clima de guerra interna que desde el PSOE andaluz se trata de sofocar. “Todos somos partido”, recordó ayer el secretario de Organización, Juan Cornejo, antes de esbozar un elocuente deseo: “Un poco de amor. Querámonos un poquito más entre todos”.
La que es primera federación territorial del socialismo confía en la victoria final de su lideresa, pero teme que sea a costa de una batalla fratricida que desangre al partido. Lo descosería aún más, todo lo contrario a la proclama de unidad y reconstrucción que enarbola Susana Díaz para ganarse a la militancia. Y lo que es peor, tras la pugna nacional llegará la regional. Si la presidenta de la Junta se impone a sus rivales tendrá que soltar el lastre de la Secretaría General del PSOE andaluz en apenas unos meses. Se especula incluso con que la cita de su relevo al frente de la sede de San Vicente sea en julio. Una formación despedazada entre susanistas y sanchistas, que ya han anunciado que llegado el momento presentarán candidatura, obligaría a pagar un muy alto precio.
Quizás por eso Cornejo, que en su día llegó a replicar en voz alta con un “¡basta ya!” a los ataques de Sánchez tras su postulación en Dos Hermanas, optó ayer por la vía conciliadora. Al número 2 de Díaz en el partido no se le escapa que un terreno embarrado favorece a los descontentos y a las esperanzas del líder caído de pescar en Andalucía más de lo que calculan. La calma beneficia a la presidenta de la Junta.
Cita en Ferraz
Tan en alto están las espadas que los representantes de las tres precandidaturas están citados hoy en Ferraz para limar asperezas. En nombre de Díaz acudirá el propio Cornejo. La gestora tiene sobre sí la presión del sector sanchista, que en los últimos días ha puesto su proa contra el portavoz, Mario Jiménez, al que acusa de remar a favor de Díaz por la militancia en el bando de sus incondicionales.
También contra el propio presidente, Javier Fernández, neutral por obligación pero escorado hacia ella. Los censos y las vías de financiación (Sánchez se niega a renunciar a su recaudación particular) estarán sobre la mesa.
El gesto del día fue el de los cachorros del PSOE, decantados claramente por Díaz. Nino Torre, líder nacional de Juventudes Socialistas, anunció en Sevilla que el grupo joven de apoyo a la presidenta tiene ya 2.300 seguidores.