Musicoterapia
Según algunos musicólogos, los sentimientos humanos pueden reflejarse en la escala musical
La musicoterapia es la utilización de la música o de elementos musicales por un profesional debidamente cualificado con un paciente o con un grupo de pacientes con una finalidad terapéutica o rehabilitadora de la salud mental, física y social del ser humano.
Muchas civilizaciones han reconocido la influencia de la música sobre las personas, formando parte de las técnicas curativas que utilizaban, sin embargo es a mitad del siglo XX cuando se inicia como disciplina científica, con el desarrollo de estudios para comprobar la capacidad de la música para producir cambios positivos en las personas, a la vez que se han desarrollado investigaciones sobre la relación entre la música y las funciones cerebrales, y muchos autores afirman que la música tiene un efecto regulador sobre los distintos aspectos de las personas.
La musicoterapia se puede aplicar de 3 formas: musicoterapia receptiva donde la persona escucha música. Se utiliza fundamentalmente como método de relajación; musicoterapia activa donde la persona toca y/o canta música, y musicoterapia activa-creativa, en la que la persona se expresa a través de la invención de música y/o canto, estas dos ultimas inducen al manejo de las manos y todo el cuerpo así como a la mejora de la relación con otras personas y se usarán unas u otras dependiendo del paciente y de su patología.
Se utiliza todo tipo de música, sonidos, ruidos, silencios, gestos o movimientos, tanto de grabaciones como los generados por instrumentos.
Según algunos musicólogos, los sentimientos humanos pueden reflejarse en la escala musical, así el bemol expresa dolor, la escala de do mayor denota franqueza o nobleza y las que expresan más tristeza son fa y sol menor, etcétera.
Asimismo afirman que los más efectivos son Mozart, Bach, Vivaldi, clásicos de la India y música Taoista. La música se compone de 3 elementos: el sonido, que es una realidad material en forma de ondas que percibimos a través de la piel, los huesos y oídos; el ritmo, que influye sobre la esfera fisiológica modificando los ritmos corporales y sincronizándolos con la música, y por último la melodía, que se relaciona con las emociones ayudando a revivir situaciones afectivas.
A través de la música se consigue un nexo de comunicación terapeuta /paciente, y durante la sesión la persona verbaliza emociones, reacciona ante los estímulos sonoros expresándose mediante dibujos, palabras o gestos sobre lo que esta pensando o sintiendo. Las áreas de aplicación de esta disciplina son variadas, la musicoterapia se utiliza en diversas patologías psiquiátricas, en demencias, en discapacidad sensitiva y/o motora, en rehabilitación, en drogodependencias, en enfermos terminales, en dolor agudo o crónico, en personas con dificultad de aprendizaje, en problemas de conducta, en déficit social, etecetera.
También se pueden beneficiar de esta terapia personas sin problemas de salud para reducir el estrés, aumentar la creatividad, disminuir la ansiedad o mejorar su autoestima, es considerada como una técnica muy eficaz dentro de las disciplinas de tratamientos de diversas discapacidades.
La musicoterapia utilizada dentro de su contexto terapéutico mejora las habilidades motrices favoreciendo la coordinación, el equilibrio, la movilidad, mejora las habilidades sensoriales y cognitivas, motiva la atención, la memoria, la orientación, la imaginación y mejora las habilidades sociales facilitando la expresión, promueve la sociabilidad, ayuda al desarrollo personal a la vez que aumenta la autoestima, consiguiendo una mejora intrapersonal e interpersonal que en definitiva lo que persigue es aumentar la calidad de vida.
Muchas civilizaciones han reconocido la influencia de la música sobre las personas, formando parte de las técnicas curativas que utilizaban, sin embargo es a mitad del siglo XX cuando se inicia como disciplina científica, con el desarrollo de estudios para comprobar la capacidad de la música para producir cambios positivos en las personas, a la vez que se han desarrollado investigaciones sobre la relación entre la música y las funciones cerebrales, y muchos autores afirman que la música tiene un efecto regulador sobre los distintos aspectos de las personas.
La musicoterapia se puede aplicar de 3 formas: musicoterapia receptiva donde la persona escucha música. Se utiliza fundamentalmente como método de relajación; musicoterapia activa donde la persona toca y/o canta música, y musicoterapia activa-creativa, en la que la persona se expresa a través de la invención de música y/o canto, estas dos ultimas inducen al manejo de las manos y todo el cuerpo así como a la mejora de la relación con otras personas y se usarán unas u otras dependiendo del paciente y de su patología.
Se utiliza todo tipo de música, sonidos, ruidos, silencios, gestos o movimientos, tanto de grabaciones como los generados por instrumentos.
Según algunos musicólogos, los sentimientos humanos pueden reflejarse en la escala musical, así el bemol expresa dolor, la escala de do mayor denota franqueza o nobleza y las que expresan más tristeza son fa y sol menor, etcétera.
Asimismo afirman que los más efectivos son Mozart, Bach, Vivaldi, clásicos de la India y música Taoista. La música se compone de 3 elementos: el sonido, que es una realidad material en forma de ondas que percibimos a través de la piel, los huesos y oídos; el ritmo, que influye sobre la esfera fisiológica modificando los ritmos corporales y sincronizándolos con la música, y por último la melodía, que se relaciona con las emociones ayudando a revivir situaciones afectivas.
A través de la música se consigue un nexo de comunicación terapeuta /paciente, y durante la sesión la persona verbaliza emociones, reacciona ante los estímulos sonoros expresándose mediante dibujos, palabras o gestos sobre lo que esta pensando o sintiendo. Las áreas de aplicación de esta disciplina son variadas, la musicoterapia se utiliza en diversas patologías psiquiátricas, en demencias, en discapacidad sensitiva y/o motora, en rehabilitación, en drogodependencias, en enfermos terminales, en dolor agudo o crónico, en personas con dificultad de aprendizaje, en problemas de conducta, en déficit social, etecetera.
También se pueden beneficiar de esta terapia personas sin problemas de salud para reducir el estrés, aumentar la creatividad, disminuir la ansiedad o mejorar su autoestima, es considerada como una técnica muy eficaz dentro de las disciplinas de tratamientos de diversas discapacidades.
La musicoterapia utilizada dentro de su contexto terapéutico mejora las habilidades motrices favoreciendo la coordinación, el equilibrio, la movilidad, mejora las habilidades sensoriales y cognitivas, motiva la atención, la memoria, la orientación, la imaginación y mejora las habilidades sociales facilitando la expresión, promueve la sociabilidad, ayuda al desarrollo personal a la vez que aumenta la autoestima, consiguiendo una mejora intrapersonal e interpersonal que en definitiva lo que persigue es aumentar la calidad de vida.
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