Vuelve Riddick, la gran obsesión de Vin Diesel

Publicado: 07/09/2013
Se hizo con el personaje a cambio de un cameo en Fast & Furious
Hace años, y con un curioso movimiento, Vin Diesel consiguió hacerse con los derechos de Riddick a través de Dominic Toretto, su personaje en  Fast & Furious. Ahora, nueve años después de Las crónicas de Riddick, ve como la saga de la que es propietario, literalmente, regresa a la cartelera.

   Hasta lograr hacer realidad la resurrección cinematográfica del letal convicto intergaláctico que puede ver en la oscuridad, Diesel ha peleado muy duro. Una batalla que durante años ha librado junto con David Twohy, director y guionista de la saga.

   La sombra del gran fiasco en taquilla de antaño, un duro rodaje, problemas económicos... Contra eso y más han tenido que pelear en los últimos meses para culminar su aventura. Pero quizá el momento clave para el futuro de Riddick tuvo lugar en hace ahora siete años, en 2006.

   Entonces Universal preparaba A todo gas: Tokyo Race, la tercera entrega de la saga Fast & Furious. En principio Diesel no iba a participar en la cinta, pero para intentar darle un empujoncito a la aventura nipona de la franquicia le pidieron un cameo de Toretto. Diesel accedió a hacerlo sin cobrar... pero no gratis: a cambio quería que los derechos sobre el personaje de Riddick pasaran a poder de su compañía, One Race.

   Y es que el amor de Diesel por Riddick viene de tiempo atrás. Su personaje en Picht Black (2000) se convirtió en su primer gran papel protagonista después de pequeñas apariciones en cintas como Salvar al Soldado Ryan. De hecho, inicialmente los productores querían al veterano Steven Seagal para ese personaje.

   "Es fácil imaginarse a Vin ahora en el papel, pero las audiciones no son su fuerte", reconoce Twohy en declaraciones a The Hollywood Reporter. Finalmente apostaron por el desconocido Diesel y la cinta fue un modesto éxito: recaudó más de 50 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de unos 22 millones.

   Datos que animaron a lanzarse a por una secuela mucho más ambiciosa en 2004, Las crónicas de Riddick, que supusieron un gran batacazo en taquilla. Con un presupuesto de más de 100 millones de dólares, la producción apenas superó los 116 millones en todo el mundo. Tras este fiasco, la franquicia estaba muerta.

   Pero durante todos estos años Diesel, convertido en estrella gracias sobre todo a los taquillazos de Fast & Furious, no podía sacarse a Riddick de su pensamiento. "Es la historia de mi vida", confesó en un emotivo discurso en la premiere en Los Angeles de la película hace apenas una semana.

RIDDICK VUELVE A SUS ORÍGENES

   Diesel siguió en estrecho contacto con Twohy y en 2009, encerrados en la casa del actor fueron, urdiendo el regreso de Riddick a la arena de Hollywood. Decidieron dejar de lado los aspectos más extravagante de la secuela y volver a líneas más básicas del personaje: Riddick solo en un planeta hostil.

   El proyecto, con Twohy como director y guionista y con Diesel como protagonista y productor, se presentó en sociedad en el European Film Market de Berlín de 2010 y fue uno de los títulos más populares.

   Pero todavía quedaba camino por delante. "Fue muy complicado, fue desagradable", afirma Twohy al recordar el rodaje y cómo les echaron de Montreal cuando se les acabó el dinero y todavía no habían terminado la película.

   Fue entonces cuando Diesel, cabezón como pocos, echó mano de su desahogada cuenta corriente y pudieron volver a Montreal, donde rodaron por 48 días con un presupuesto de entre 35 a 40 millones de dólares.

   Irónicamente, Universal, que se había desprendido del personaje sin poner muchas trabas y a cambio de un simple cameo, puso sus ojos en el empeño de Diesel y cerró un acuerdo para distribuir la película en Estados Unidos, dando así el último impulso a la efectiva resurrección de Riddick.

   El resultado llega este fin de semana a los cines con la esperanza de mantener a Riddick vivo por mucho tiempo.

 

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