Según informa Francisco Javier Campos, la caminata, de unos 15 kilómetros de distancia, entre ida y vuelta, y de dificultad media-alta, transcurrió con absoluta normalidad. Familias enteras disfrutaron de una noche inolvidable que, aunque no pudo dejar las imágenes que se perciben cuando es de día, tuvo también su encanto, sobre todo al divisar desde los casi 700 metros de altitud el auténtico mar de luces que se contempla desde allí.
El esfuerzo para muchos de los senderistas fue muy importante y es que estamos hablando de una subida tortuosa con repechos y rampas algunas de ellas de más del 15 %, lo cual hace que sea un tramo no muy fácil para quien no esté acostumbrado a este tipo de actividades o no realice ejercicio con cierta frecuencia, pero las ganas pudieron más y todos llegaron con solvencia hasta lo más alto, tanto ciclistas como senderistas.
Al ser una ruta nocturna que contó con la participación de numerosos ciclistas había que extremar todas las medidas de seguridad para tener una reacción rápida ante cualquier incidente. Una vez más fue muy importante la colaboración de protección civil, quienes estuvieron vigilantes en todo momento y en coordinación con el resto de fuerzas de Seguridad del Estado.
Subir a la torreta es algo que siempre sorprende por muchas veces que lo hayas hecho y desde luego es un lugar mágico para enseñar a quienes vienen de fuera.
En definitiva, un auténtico éxito esta ruta de senderismo y cicloturismo que a buen seguro se repetirá en otras ocasiones pues la demanda y aceptación que han tenido así lo indican. No faltó de nada: buena compañía, refrigerios, bocadillos, ambiente mágico.
