El inicio del nuevo año nos ha venido a decir que el infortunio sobre el conjunto azulino sigue con su machacona insistencia. Teníamos la esperanza de que ya se hubiera cansado y hubiera tomado camino hacia otros lares, pero el partido  del pasado sábado en Riazor, primero del año, nos ofreció más de lo mismo. El Xerez se volvió a tropezar con una jugada desgraciada, la expulsión de un jugador y el error arbitral no señalando un penalti clamoroso, como se pudo comprobar en la repetición televisiva de la jugada.
El equipo de Vicente Moreno encaró el encuentro con mucho ánimo, pero demasiado pronto se encontró con autogol desgraciado y poco después encajó otro que le dieron al Deportivo de la Coruña una excesiva ventaja. No es fácil jugar todo el partido con el marcador en contra ante un rival que lo tiene todo a su favor. A pesar de ello pudo el Xerez irse al descanso acortando distancias y jugar la segunda parte con una cierta ilusión. Otra vez la suerte se puso en su contra al quedarse con un jugador menos. No obstante trabajó con mucho ardor y pudo haber empatado, pero la realidad es que se vino de vacío y un tanto desalentado.
A efectos clasificatorios la situación permanece igual. También han perdido casi todos los que van por debajo y han ganado los de arriba. Lo que quiere decir que la pelota de la permanencia sigue estando en el tejado de la incertidumbre. Nuestra opinión se mantiene firme en la esperanza de que hay mimbres suficientes para ello. El partido de Riazor nos lo volvió a ratificar. Y en este sentido coincidimos en la opinión del presidente. Creemos que no hacen falta fichajes, que no suelen resolver nada y además que no hay dinero para invertir. La marcha de dos jugadores no la consideramos importante y lo mejor será arropar al técnico y confiar en su trabajo, Evidentemente cada aficionado tiene su criterio y todos merecen su respeto, Por eso nosotros publicamos el nuestro sin la intención de intentar ser los más listos del barrio. El que tenga que decidir, que decida.
Lo que sí es obligatorio es ganar los partidos de Chapín y sumar todos los puntos en juego. Se trata de una asignatura pendiente, que ha fallado durante el primer tramo de la competición, Si el equipo hubiera estado más acertado aquí, otro gallo la cantaría. El domingo que viene le corresponde jugar en Chapín con la visita de otro de los equipos considerados como más fuertes del grupo, como es el Hércules de Alicante. Se trata de un rival de los que están en la  parte alta de la clasificación buscando descaradamente el ascenso a la  Primera División, Va  a ser, por lo tanto, otra prueba de fuego. Nos hubiera gustado que en esta ocasión el calendario hubiera sido menos exigente, Sin embargo mantenemos la esperanza en el trabajo de técnicos y jugadores azulinos para que nos ofrezcan una victoria y si los aficionados con capaces de  asistir en masa al campo para colaborar al  éxito, tanto mejor.
Lo único que se nos ocurre como última ilusión es que la suerte no vuelva a jugar a favor del rival. Ya es hora de que así sea.